Prefecta Paola Pabón: «Es muy riesgoso para la provincia de Pichincha generar una apertura sin las condiciones necesarias»

El pasado 11 de mayo comenzó el levantamiento progresivo de la cuarentena en Ecuador por ordenes de Lenin Moreno y muchos líderes locales consideran que aún es pronto para esas medidas

Prefecta Paola Pabón: «Es muy riesgoso para la provincia de Pichincha generar una apertura sin las condiciones necesarias»

Autor: Sofia Belandria

Reabrir las actividades en la provincia ecuatoriana de Pichincha, cuya capital es Quito, sería muy riesgoso ante el COVID-19 porque el sistema de salud está colapsando, dijo a la prefecta de esa jurisdicción, Paola Pabón.

«Es muy riesgoso para la provincia de Pichincha generar una apertura sin las condiciones necesarias; el sistema de salud en este momento está colapsando, su capacidad está llegando al límite en la provincia», dijo Pabón.

De acuerdo con las decisiones del Gobierno de Lenín Moreno, el 11 de mayo comenzó en Ecuador la denominada etapa de distanciamiento para reemplazar a la de aislamiento.

Eso significa que progresivamente deben irse abriendo determinadas actividades, de acuerdo con el comportamiento de la pandemia y la decisión de los gobiernos locales, tomando en cuenta un sistema de semaforización.

Pero los distintos gobiernos locales han decidido empezar con semáforo en rojo, aunque varios han hablado ya de pasar a naranja.

Si bien el Gobierno ha entregado a las autoridades locales la capacidad de definir el color del semáforo en sus respectivas jurisdicciones, la política de salud sigue siendo nacional y los recursos y responsabilidad continúan en el Ministerio de Salud, lo que, a juicio de la prefecta, complica las cosas.

Según la prefecta, cada vez es menor el número de camas disponibles en hospitales y el número de unidades de cuidados intensivos y de ventiladores y respiradores en esas unidades.

A Pabón también le preocupa que la provincia no ha llegado aún al pico más alto de contagios de la pandemia.

Según un análisis prospectivo, realizado hace dos meses con la asesoría de expertos epidemiólogos, el número más alto de contagios en Pichincha se daría entre este 15 y este 18 de mayo.

Adicionalmente, según reportes de diversas partes de la provincia, los contagios se están tornando comunitarios.

«Mi obligación es alertar a la provincia sobre el riesgo inminente que implica una salida de la forma como se está planteando (…) Hay que comprender que el territorio no es un mapa como pretende el Gobierno (…) hay que comprender las distintas realidades», dice la funcionaria.

En el caso de Pichincha la prefecta cree que mayo debe ser un mes de preparación de protocolos para saber cómo enfrentar el cambio de semáforo, tanto para las instituciones públicas como privadas, así como un espacio de capacitación para que la comunidad entienda qué implica el distanciamiento social y que medidas tienen que adoptar en su vida diaria.

«En el mes de mayo en Pichincha se debe mantener el confinamiento. En este momento es imposible retomar actividades; los gobiernos locales sabemos lo que está pasando en nuestros territorios, hemos jugado un papel preponderante para gestionar la crisis frente a un Gobierno nacional desbordado, y eso nos permite señalar que no estamos listos», agregó.

Pabón teme que los diferentes cantones de la provincia se vean afectados si no hay una visión que tome en cuenta sus peculiaridades y la interconexión entre cada territorio.

Transporte público, un gran reto

Pabón considera que el servicio de transporte público en la provincia, que tiene 3,2 millones de habitantes, será un reto en la tarea de frenar la expansión del virus.

Ante eso el Gobierno provincial ha pedido que en los protocolos se prevea que los empresarios garanticen transporte específico para sus trabajadores.

La prefecta también cree que debe adoptarse un sistema de pago electrónico.

Según los datos oficiales del Ministerio de Salud, al momento el número de contagios en la provincia de Pichincha equivale a un 10% del total nacional.

Sin embargo, según la prefecta, es necesario hacer la diferencia entre datos reales y oficiales porque «es evidente que los datos oficiales no son reales porque no hay el número necesario de pruebas PCR y rápidas que permitan una información cercana a la realidad».

En Pichincha, como en todo el país, hay personas asintomáticas que no están en cerco epidemiológico y hay una serie de ciudadanos que no acuden al sistema de salud pública; «por eso insistimos en la necesidad de transparentar las cifras para tomar decisiones», dice la prefecta.

Pabón destaca que al momento Ecuador tiene una crisis sanitaria, económica y política y que la pandemia ha permitido evidenciar el desmantelamiento del Estado, que tiene una serie de inequidades profundas y que fue rebasado por la crisis sanitaria.

Por todo eso, la prefecta cree que es el momento de dejar de lado la globalización y dar paso a la «localización», es decir generar una nueva lógica y nuevos acuerdos políticos y sociales desde lo local, tomando en cuenta el rol protagónico que tienen las comunidades.

Cortesía de Sputnik

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