El presidente de Serbia, Alexandar Vucic, teme una drástica escalada de tensiones en Kosovo a menos que Pristina se retracte de su plan de imponer multas a vehículos con antiguas matriculas serbias desde el 21 de noviembre.
En una entrevista con el canal de televisión Prva, el mandatario apuntó que los serbios «no aceptarán» si Pristina moviliza unidades de operaciones especiales para implementar su polémica decisión de rematriculación.
«Será un infierno en la tierra, porque las unidades especiales de Kosovo no tienen nada que hacer en el norte de [la provincia de] Kosovo y Metohija (…) Los serbios defenderán entonces sus hogares y Serbia estará del lado de su pueblo», afirmó Vucic.
Según el presidente, Belgrado hizo cuanto estaba a su alcance para evitar una escalada.
«Ya no depende de nosotros. Hemos hecho todo lo posible», constató.
Vucic hizo este comentario de cara a una ronda de consultas en la sede de la Unión Europea, a la que está invitado junto con el primer ministro kosovar, Albin Kurti.
«Iré a Bruselas. No creo que podamos hacer nada, pero voy para no dar un motivo suficiente para que acusen a Serbia de que no quiere hacer nada», señaló.
Con vistas al encuentro, Vucic reiteró que Belgrado plantea dos condiciones: uno, formar la Unión de Municipios Serbios, y dos, derogar la decisión sobre las matrículas.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 su secesión que hasta la fecha fue reconocida por más de cien países, pero no por Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán, Argentina, Brasil y muchos otros.
A finales de julio pasado, en el norte de Kosovo aumentaron drásticamente las tensiones, después de que las autoridades de esta provincia separatista anunciaran que prohibirían los documentos de identidad y las matrículas serbias.
Pristina justificó la medida, afirmando que era simétrica a las restricciones de Belgrado, que no reconoce a Kosovo como Estado independiente, obliga a cambiar las matrículas kosovares y otorga documentos de identidad provisionales a los portadores de papeles emitidos en la república autoproclamada.
Recientemente las autoridades de Kosovo anunciaron que impondrían multas de hasta 150 euros a los que no cambien las matrículas serbias a partir del 1 de noviembre de 2022, pero luego, bajo la presión de la comunidad internacional, relajaron las restricciones: entre el 1 y el 21 de noviembre, los conductores de automóviles con matrículas serbias solo recibirían una advertencia, a partir del día 21 se impondrá la multa mencionada.
El proceso de transición debe finalizar el 21 de abril de 2023, después, la policía de Kosovo empezaría a confiscar los vehículos con matrículas serbias. Mientras tanto, Belgrado elevó el nivel de alerta de sus Fuerzas Armadas para que sean capaces de cumplir «cualquier tarea». A su vez, los serbios kosovares prometieron protestas y bloqueos de carreteras si las autoridades de Kosovo empiezan a multar a los conductores.
Kosovo, poblado mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia unilateral, siendo reconocido por Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, pero no por Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán y otras naciones.
Fuente Sputnik