Con un lienzo que rezaba “Piden igualdad y calidad, pero al momento de marchar gritar sin pensar”, el 24 de mayo pasado un grupo de alumnas del Liceo n° 1 de Niñas Javiera Carrera de Santiago protestó en contra de los estudiantes del Internado Nacional Barros Arana (INBA). ¿La razón? Como parte de su tradicional marcha inbana de celebración de un nuevo aniversario, estos acostumbran a insultar a las liceanas a través de cánticos cuando pasan por fuera de su establecimiento.
Fue precisamente esta «tradición» la que hace aproximadamente un año impulsó el trabajo de un grupo de estudiantes y la profesora Elizabeth Llanquinao al interior del INBA, dando vida a la Secretaría de Masculinidades y Sexualidad, Semasex. «Principalmente, comenzamos a cuestionar los roles impuestos socialmente sobre lo ‘femenino’ y ‘masculino’, reflexionando en torno a la construcción de la ‘masculinidad'», explica Sebastián Bugueño, uno de los participantes en la organización que en la actualidad cuenta con once integrantes. En esta entrevista conversamos con algunos de ellos.
¿Cómo o por qué surge entre quienes forman Semasex la inquietud de reflexionar y cuestionarse el tema del machismo y la construcción de la masculinidad?
Nicolás Valenzuela: «Principalmente por un tema de empatía hacia quienes son oprimidas y oprimidos por el sistema patriarcal, todas y todos a quienes se nos obliga a actuar y pensar de cierta forma, bajo roles de género impuestos y asignados, y bajo la heteronormatividad imperante; entendiendo el patriarcado como un sistema que va de la mano con otro aún más destructivo y opresor: el capitalismo”.
¿Cuáles consideran que son las principales prácticas machistas que replican los jóvenes como si fuera algo natural e inofensivo?
Nicolás Valenzuela: “Desde una visión macro, sería justificar las prácticas opresivas hacia una parte de la población -y de todas las personas en general- sin entender que estas son estratégicamente impuestas por quienes nos gobiernan, sostenidas bajo la cultura y sociedad en la que vivimos. En un nivel más específico, creer que el sexo femenino existe al servicio y deleite del sexo masculino. Otros ejemplos pueden ser ‘la broma’ sexista o piropos hacia las profesoras, compañeras de otros liceos, hacia el ‘compañero gay’, comentarios machistas que se expresan en la cotidianidad, en las aulas, pasillos, recreo, sala de profesores, por mencionar algunos espacios de socialización que reproducen estos comportamientos y los refuerzan, siendo de esta manera naturalizados».
¿De qué forma creen que se expresa la educación sexista en su colegio?
Nicolás Valenzuela: “No solo se expresa de parte de los que ‘educan’, también de los estudiantes, especialmente siendo un liceo de emblemático de hombres: andar con el pelito corto, ‘con los pantalones bien puestos’, caballero, buen ciudadano, todo un hombre. En general, en la cultura que se da dentro del liceo -escuela modelo a escala de la sociedad- se dan situaciones sexistas: entre las tallas machistas de los profes, el lenguaje sexista de inspectores, que si no vas con el ‘modelo de hombre’ te miran raro, hasta situaciones en donde te tratan de ‘poco hombre’ por la apariencia; o que los compañeros estén terrible ‘calientes’ esperando que lleguen los team de baile para el aniversario” .
Drago Echague: “La educación sexista en el liceo se presenta de una forma muy burda, haciendo que los compañeros pongan condones en plátanos, mientras todo el curso espera expectante a que éste se equivoque, para luego pasar a ver imágenes de penes podridos llenos de enfermedades. Esto es inaudito para el año en que estamos. Aún se piensa que la sexualidad solo abarca las relaciones sexuales ‘coitales’ y cómo usar un preservativo. Es por eso que nosotros queremos demostrar que la sexualidad es más que eso, es algo que influye en todos los aspectos de la vida del ser humano y la forma en cómo se desenvuelve en la sociedad”.
¿Qué cambios han identificado en su trato con otros compañeros y con el género femenino participando de Semasex?
Nicolás Valenzuela: “Hay un desarrollo de la conciencia al identificar y eliminar prácticas patriarcales, asumiendo una postura de agente de cambios sociales y culturales”.
Bairon Pilquin: “Creo que los cambios han sido pequeños, pero nuestro objetivo es generar cambios con nuestras intervenciones, actividades. Lo minoritario se explica por una cultura predominante que es altamente patriarcal, que nos define en ciertos aspectos. Pero el objetivo es desarrollar un proceso en el cual podamos abolir las conductas misóginas y patriarcales”.
Por Daniel Labbé Yáñez