El político y cineasta argentino señala que el nuevo Gobierno deberá convocar a diferentes actores económicos y darle vigencia a la Ley de emergencia alimentaria como prioridad para paliar la grave situación que dejó el saliente Macri
El rescate que firmó el actual Gobierno argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no tiene vigencia puesto que no el organismo no liberó el último pago, afirmó en una entrevista el senador Fernando ‘Pino’ Solanas, electo diputado por la alianza opositora Frente de Todos.
«Ya cayó el acuerdo con el FMI, el último pago no lo hicieron porque no se habían cumplido las metas», consideró Solanas, un cineasta, que encabeza la lista del Frente de Todos en la ciudad de Buenos Aires.
A falta de que el organismo desembolse los 5.400 millones de dólares pendientes desde mediados de septiembre, en virtud del acuerdo de stand-by (de contingencia) por 56.300 millones suscrito el año pasado, el presidente electo el 27 de octubre, Alberto Fernández, deberá establecer un nuevo marco de negociación, a juicio de Solanas.
«Entre las primeras medidas que va a tomar el próximo Gobierno es la convocatoria de una gran concertación económica y social con todos los sectores, entre los que estarán los empresarios, los sindicatos y las organizaciones sociales», aseguró.
La prioridad del Gobierno que asumirá el 10 de diciembre será generar «un shock económico» ante una pobreza que llegará al 36% y ante una indigencia que afectará al 15% de la población para cuando termine el actual mandato de Mauricio Macri, según Solanas.
La nueva administración «tiene que poner en funcionamiento la industria y el trabajo, y para obtener más fuentes de empleo es necesario un shock económico, volver a equiparar y actualizar los salarios que han quedado disminuidos de la inflación», consideró el legislador.
«Por eso la gestión de Alberto Fernández tiene que poner en ejecución una de las pocas normativas que votó el Congreso este año, que fue la ley de emergencia alimentaria», señaló sobre la iniciativa promulgada el pasado mes de septiembre.
El Gobierno que encabezarán Fernández y la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner recibe «un país muy endeudado con una gran tasa de desocupación» del 10,6%, contextualizó el dirigente.
«La situación en la que queda Argentina al final del Gobierno de Macri es desastrosa, porque Fernández va a recibir un país que termina el año con una inflación del 47-48%, y con un endeudamiento que representa el 95% del [Producto Interno Bruto] PIB argentino», añadió.
En este país «hay gente que come una vez al día, y que ni siquiera comería si no existiese la solidaridad y los comedores populares», alertó el senador.
«Si no hay ese shock de dinero para los bolsillos populares y de la capa media, no se va a poder reactivar el consumo, y sin consumo, no se va a reactivar el aparato productivo del país que hoy está parado en un 50%», sostuvo.
Políticas ambientales
En este contexto de emergencia económica, el próximo Gobierno necesitará tiempo para esbozar políticas ambientales a llevar a cabo durante los próximos cuatro años, admitió el galardonado director, que ha enfocado parte de su carrera cinematográfica y política concienciar sobre el calentamiento global.
«Aquí han ganado consenso muchas de las propuestas que empuja la ecoagricultura y el movimiento ecológico, pero de ahí a ejecutarlos, van a ser propuestas que se van a tratar con pinzas, puesto que la entrada más rica que tiene hoy firme la Argentina es la del campo», reconoció.
Pese al gran peso económico el sector agroexportador, «el campo tampoco puede producir venenos de cualquier manera, aunque ahora las empresas que fabrican los agrotóxicos dicen que son fitosanitarios, cuando en realidad son venenos que matan, algunos instantáneamente y otros van de a poco», sostuvo.
De hecho, «una dosis de glifosato es suficiente para que se manifieste la herencia genética, malformaciones se ha multiplicado en zonas de agricultura intensiva, aunque estos casos se denuncian poco», sostuvo.
En todo caso, el nuevo Gobierno «no va a poder aplicar al principio todos los proyectos de cambio, puesto que lo más importante es la batalla contra el hambre y por la institucionalidad del país», admitió.
Bajo su perspectiva, «sería un error y un acto de mala fe a esta Argentina, que está en terapia intensiva, pedirle que levante pesas».
«El primer año será un milagro si puede superarlo haciendo renacer las (pequeñas y medianas empresas) pymes, empezando a mover la industria y financiando con urgencia las partidas por la emergencia alimentaria», afirmó Solanas.
Mientras tanto, «se abrirá una discusión con los acreedores para extender los plazos de los intereses de deuda», puesto que Alberto Fernández «dice que va a pagar, pero el problema son los plazos», advirtió.
Consciente de estar «en el prólogo de una tragedia planetaria», el diputado electo confió en las nuevas generaciones como impulsoras de cambios políticos que atiendan la emergencia climática y cuiden la atmósfera, el suelo y el agua.
El cineasta, cuyo mandato como senador terminará este año, espera continuar trabajando como diputado en las comisiones análogas a las del Senado que integra, en concreto Defensa, Relaciones Exteriores y Ambiente y Desarrollo Sustentable, para retomar los proyectos de ley que presentó y que, a falta de una mayoría, no fueron tratados durante la actual legislatura, entre ellos una normativa que regule los agrotóxicos.
«Tenemos que pensar en otro mundo, ésta es una gran batalla cultural, puesto que no logramos convencer a las grandes mayorías de que el consumo y el derroche hace aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero, porque toda energía tiene una huella ecológica, y no se trata de consumir todo, sino lo estrictamente lo necesario», ponderó.
En el afán de apostar por el paradigma de una nueva sociedad, los cambios en la matriz energética no podrán realizarse «de un día para el otro», pero «sí que habrá que sustituir las energías que provocan emisiones de gases de infecto invernadero por energías sanas y renovables», advirtió.
Alberto Fernández ganó las elecciones generales celebradas el 27 de octubre en Argentina con el 48,1% de los votos, mientras que el mandatario Mauricio Macri, que aspiraba a su reelección por otros cuatro años, obtuvo el 40,3% de los sufragios.
Cortesía de Sputnik