«Si Chile reconociera la República Saharaui, contribuiría a la solución pacífica del conflicto»

Alí Mojtar asegura que si este año el conflicto entre el pueblo saharaui y Marruecos no tiene avances, el retorno a la guerra será "inevitable".

«Si Chile reconociera la República Saharaui, contribuiría a la solución pacífica del conflicto»

Autor: Meritxell Freixas

Esta semana se ha celebrado en la comuna de Recoleta la semana saharaui, una iniciativa que se ha llevado a cabo por primera vez en Chile y que, a través de charlas, proyecciones de documentales y conciertos, ha buscado acercar la realidad del pueblo saharaui a los chilenos y chilenas.

A propósito de esta iniciativa, El Ciudadano conversó con el embajador saharaui en misión especial para ChileAlí Mojtar, para comprender en qué punto está conflicto de más de 40 años que los mantiene bajo la ocupación de Marruecos.

Alí Mojtar

¿Qué balance hace de esta semana saharaui acogida en Recoleta y que hoy culminó?

Estoy sorprendido porque la respuesta ha ido más allá de lo que esperaba yo, tanto a nivel de asistencia en la inauguración como en las otras actividades. En las discusiones políticas ha habido bastante asistencia y la gente se ha interesado por la situación actual y el desarrollo del conflicto.

Como primera experiencia ha resultado muy buena en Chile, tanto es así que la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui piensa repetir este mismo formato a nivel de otras municipalidades e incluso al interior del país.

¿Sintió que los participantes conocían el conflicto y la situación del pueblo saharaui?

Creo que es una buena partida para visibilizar y sensibilizar a los santiaguinos y a los chilenos, en general, sobre el tema saharaui, porque es desconocido, lo conocen los partidos políticos, los parlamentarios, los Gobiernos a los que nos hemos acercado a pedir solidaridad con la causa, pero a nivel de los ciudadanos, se desconoce.

¿Considera que Chile, en particular, y los países de la región, en general, apoyan a la causa saharaui?

Chile, Argentina y Brasil son los tres países que faltan por completar una posición unánime de América Latina a favor del pueblo saharaui. Este continente hermano no sólo reconoce el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación sino que ha ido más allá reconociendo a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). De hecho tenemos embajadas diplomáticas en México, Panamá, Ecuador, Venezuela, Cuba, Trinidad y Tobago, Uruguay, y otros embajadores recurrentes en otras áreas.

Falta para tener el apoyo unánime Argentina, Brasil y Chile, falta la parte sur. En el caso de Chile hay una posición reiteradamente manifiesta a través del Parlamento con drásticas resoluciones donde se le pide a los distintos gobiernos, incluso al actual Gobierno de la presidenta Bachelet, que reconozca a la RASD, pero hasta el momento no ha habido respuesta.

¿Cómo son las relaciones diplomáticas del Frente Polisario con los gobiernos del sur del continente latinoamericano?

Mi misión como embajador especial es acercarme a los centros de toma de decisión para que cuanto antes se dé este paso. Si Chile reconoce la RASD estaría contribuyendo de una manera extraordinaria a la solución pacífica del conflicto. Marruecos sigue enfrascándose con grandes promesas económicas en estos países para evitar el reconocimiento de la RASD. Ofrece cosas que incluso no tiene: acuerdos económicos, intercambios, posibilidades de inversión, etc., cuando todo el mundo sabe que es un país que depende del apoyo de Arabia Saudita y otros países de Oriente Medio.

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El pasado mes de marzo se desató una crisis en el conflicto provocada por la decisión unilateral de Marruecos de expulsar a más de 80 miembros de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) que puso en peligro el alto al fuego en la zona, ¿en qué punto está ahora?

Esta está siendo una crisis provocada por Marruecos porque no ha encontrado otra alternativa que esta al verse arrinconado por las Naciones Unidas, porque hay un proceso de negociación, hay un plan de paz que lleva 25 años y no se ha materializado, apenas su primera fase que consiste en el cese de las hostilidades.

Pero el objetivo de la misión de las Naciones Unidas es organizar un referéndum. Marruecos ha ido creando obstáculo tras obstáculo y, al final, cuando vio que las exigencias de las Naciones Unidas eran cada vez más fuertes para avanzar hacia la solución política del conflicto, aprovechó unas declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas durante una visita a los territorios liberados y mencionó la palabra «ocupación» y se reveló contra Naciones Unidas y su máximo representante. Y así expulsó a parte importante de la Minurso. Eso le permite ganar tiempo y prolongar esta situación.

¿Qué rol juega el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?

En este momento, el Consejo de Seguridad en vez de avanzar en las conversaciones entre las partes, está intentando que Marruecos haga regresar al grupo que expulsó para que la Minurso funcione como es debido. No deja de ser una maniobra para que Marruecos siga jugando con la voluntad del pueblo saharaui, y seguir dándole la espalda a la solución democrática que presenta desde 1991 el Consejo de Seguridad: decidir libremente el futuro del pueblo saharaui a través de un referendo.

¿Cree que es suficiente la presión que se hace desde Naciones Unidas después de tantos intentos abortados por Marruecos para llevar a cabo este referendo, y considerando que Francia -país protector de Marruecos- forma parte del Consejo de Seguridad?

Por la posición de Francia de respaldar a cualquier precio la intransigencia de Marruecos y no permitir la solución pacífica del conflicto, esto ya habría terminado hace tiempo. Marruecos se siente respaldado y mantiene esta posición gracias al apoyo de Francia dentro del Consejo de Seguridad.

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Pero los saharauis reiteramos infinitas veces que el Consejo de Seguridad es responsable de la solución del conflicto. Es responsable de la paz internacional. Ahí hay un conflicto latente que lleva más de 40 años porque no se han aplicado las resoluciones de Naciones Unidas. Si los grandes países quieren velar por la paz y la tranquilidad en el norte de África tienen que solucionar este conflicto o de lo contrario esto estallará en cualquier momento. Si esta vez hay guerra, los fenómenos que están aflorando en la región como el fundamentalismo islámico y los extremismos tendrán como caldo de cultivo este conflicto para crear mayor inestabilidad en la zona. Es responsabilidad de Francia, de Estados Unidos y de las grandes potencias presionar suficientemente para que Marruecos entre en razón y permita, a través de la negociación con el Frente Polisario, la solución pacífica del conflicto.

¿Hay posibilidades reales de que el pueblo saharaui se levante de nuevo y el conflicto se intensifique hasta llegar de nuevo a una guerra?

Sin duda. En el último congreso del Frente Polisario, que se celebró recientemente, frente a la presión de los jóvenes, la nueva dirección tuvo que comprometerse a no escatimar ningún esfuerzo para buscar una solución rápida al conflicto, o bien por la vía pacífica a través de Naciones Unidas y la Minurso, o bien por por la opción militar. Las nuevas generaciones se cansaron de esperar.

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Si esto no tiene solución y no se dan avances este año 2016, el retorno a las acciones militares será inevitable. Esto se ve tanto en los campamentos, como en los territorios liberados y en los ocupados. Están dadas todas las condiciones para que ese salto se dé en el corto plazo. Son 25 años de confiar en la vía pacífica de solución del conflicto.

¿Y cuál es la posición del Frente Polisario frente a este deseo de los jóvenes de avanzar por la vía militar?

No tiene otra alternativa, no hay argumentos para convencer al pueblo, sobretodo a los jóvenes, de lo contrario. Después de 25 años, si esto no se ha solucionado con los planteamientos de las Naciones Unidas es que ya no tiene solución por esa vía. Si Marruecos sigue dando la espalda a las negociaciones y a la solución pacífica del conflicto, no hay alternativa que la vía militar.

¿Se están preparando ya para ellos, entonces?

Sí. La gente está preparada tanto a nivel de adiestramiento como a nivel emocional. La guerra no la quiere nadie. Nosotros la conocemos, la hemos sufrido en carne propia. Sabemos que no es la opción más deseada, ni la más propicia, ni la más indicada. Pero tenemos que garantizar nuestro derecho a la autodeterminación y a la independencia de una forma u otra. Es inevitable.

Otro actor que no se puede desvincular del conflicto por su responsabilidad en la descolonización es España. Hasta ahora, los gobiernos de este país no han querido implicarse en la resolución. ¿Tienen esperanzas de que un nuevo gobierno de izquierdas, salido de las próximas elecciones del 20 de junio, tome las riendas y presione para llegar a la solución definitiva?

Habrá que ver qué dan de sí las elecciones próximas en España, si hay voluntad para contribuir a solucionar un problema que España ha creado y que nunca ha asumido su compromiso con el pueblo saharaui. Tampoco ha respondido a los llamados a lo largo de 60 años para que España celebre un referendo de autodeterminación en el Sáhara Occidental. España permitió la agresión y ocupación por parte de Marruecos.

Su relación con Marruecos y las connivencias con Francia, dejan en evidencia que está de la parte de ellos en contra de la opinión y el sentir del pueblo español y de los compromisos que tiene asumidos con los saharauis.

Meritxell Freixas


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