La oposición venezolana se quedó sin elementos propios para presionar al Gobierno de su país a volver al diálogo, afirmó en entrevista con la Agencia Sputnik el sociólogo y presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.
«La oposición no tiene nada ella misma para poder presionar, tiene en función de un derivado, que es la sanción norteamericana, pero tiene que estar dispuesta a negociar sanciones, si no está dispuesta a negociar sanciones, no tiene nada que negociar, y por lo tanto se queda en statu quo», afirmó a Sputnik el también profesor de análisis de entorno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Previo al 2019, la oposición tenía como elementos para empujar al Gobierno venezolano a las negociaciones las protestas en las calles del país.
En los últimos dos años y medio, los actores que adversan al presidente Nicolás Maduro no han logrado concentrar nuevamente a sus seguidores en las calles.
Oposición en riesgo
Esos aspecto externos que favorecen a la oposición, mencionó León, son las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, así como el reconocimiento de algunas naciones a un Gobierno paralelo, encabezado por el exdiputado Juan Guaidó, y destacó que esto no es suficiente para mantenerse a flote.
«¿Puede la oposición mantenerse en el statu quo que la ha llevado a pulverizar su conexión con la población, a perder la esperanza de cambio y a reducir soporte de apoyo internacional?, no; entonces ¿quién está en peor condición?, la oposición», apuntó.
No existe, en este momento, expuso el analista, algo que ponga en peligro al Gobierno de Venezuela.
«Los peligros son más fuertes para la calidad de vida de la población, para la permanencia y estabilidad de la oposición, considerando oposición no solo a quienes controlan activos en el exterior o tienen la representación, sino a quienes luchan internamente para provocar un cambio político real y articula a la población para luchar por la defensa de sus derechos e intereses», dijo.
Condiciones
El Gobierno ha puesto como condición para volver a la mesa de diálogo, que se estableció en agosto en México con el apoyo de Noruega y se suspendió en octubre, la liberación de Alex Saab, un empresario colombiano, acreditado como diplomático venezolano, que fue recientemente extraditado a Estados Unidos acusado de lavado de dinero.
Esta exigencia, así como la de liberar las reservas de oro del país depositadas en Reino Unido y en disputa por el reconocimiento de ese país a Guaidó, «son absolutamente irrealizables y el Gobierno lo sabe», apuntó el experto.
Estrategia de negociación
No obstante, estos puntos, consideró León, forman parte de una estrategia del Gobierno venezolano para elevar el valor de la negociación.
«Yo creo que al final son estrategias de negociación, demoran el proceso, pero creo que es más un juego de elevar el valor de la negociación para obtener cosas más importantes», señaló.
Es decir, expresó León, el Gobierno desde su posición de ventaja con relación al diálogo sabe que no liberarán el oro ni a Saab, y con esta estrategia, consideró, solo busca conseguir más cosas de las que inicialmente pensaba eran posibles.
«Yo creo que el Gobierno sí va a estar dispuesto a negociar, pero por la flexibilización de unos recursos frescos, o por la flexibilización de alguna actividad petrolera, o de algún reconocimiento internacional, sin llegar a los extremos del punto máximo que serían el oro y Saab», acotó.
En cuanto a la oposición, opinó que debe seguir en el camino de las demandas que sabe son alcanzables, y no como en el pasado presentando como única opción la salida de Maduro del poder, porque eso también sería irrealizable, y el diálogo caería en un punto vacío sin posibilidades de acuerdos.
Finalmente, señaló que si el Gobierno y la oposición no retoman el diálogo de México, la única vía será la instalación de otro proceso, y en el camino los más afectados seguirán siendo los ciudadanos, que sufren a consecuencia de las sanciones y del cierre diplomático.