Con un nombre y peso propio desde hace ya varios años en Argentina, Tute es uno de los referentes actuales en lo que a humor gráfico se refiere en la región. Mezclando la ternura, el humor y la ironía, las tiras de este autor no dejan indiferente a quien las vea. En ese sentido, el hijo del también célebre dibujante trasandino Caloi, expande las fronteras de sus intereses e incursiona en las muestras escénicas y la música.
En esa dirección, se encuentra trabajando en el disco Canciones Animadas, que cuenta con la participación de reconocidos músicos y dibujantes para hacer 11 canciones -con música y letra del propio Tute- y sus respectivos videoclips. En el álbum participarán músicos de la talla como Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Victor Heredia, entre otros.
En conversación con El Ciudadano, Tute también habla de la reciente publicación de Batu 6 (Sudamericana, 2017), libro que compila parte de las tiras del personaje que salió durante más de 5 años en uno de los diarios de mayor tirada en Argentina. «Es un poco la vida propia del personaje, porque cuando uno deja de publicarlo a diario, empieza a quedar en el olvido. Pero ver que los reviven los lectores, es fantástico», afirma.
— Teniendo en cuenta la reciente publicación de Batu 6 (Sudamericana, 2017), ¿qué te genera que la tira haya perdurado tanto en el tiempo?
— La tira duró 5 años en La Nación y después se metieron en la tira Tifonia y Baldomero, un poco por casualidad y «se quedaron» con la tira durante dos años más, hasta que volví al primer amor que es el cuadro sin personaje fijo. En ese tiempo, la tira produjo una cantidad de material que genera 10 libritos de Batu, así que la idea siempre fue sacarlos. Lo que ocurre también es que otras publicaciones mías fueron relegando a Batu, por eso hace dos años prácticamente que no salía un librito. Eventualmente también está la idea de hacer un volumen grande con todo reunido.
— ¿Qué te produce que el personaje, a pesar del paso del tiempo, siga vigente?
— Para mí es una alegría que el personaje siga cosechando nuevos lectores, es un poco la vida propia del personaje, porque cuando uno deja de publicarlo a diario, empieza a quedar en el olvido. Pero ver que los reviven los lectores, es fantástico.
lo que tiene de interesante Mafalda es que lo podés agarrar a los 10, a los 15, a los 30 años y siempre vas a encontrar algo distinto.
— ¿Por qué pensás que Batu generó tanto arraigo en el público infantil y también en el adulto?
— Nunca lo pensé para chicos este personaje, siempre lo pensé para mí, que soy adulto (risas). De hecho salía en La Nación para la gente que leía el diario, algo que los pibes no hacen. Nunca modifiqué un texto para que un chico de 10 años lo entendiera ni nada por el estilo, no estuvo pensado para eso. Después, que se hayan sumado tantos a la tira es un accidente que celebro.
— En esa dirección, Batu sirve para pensar que no hay que subestimar tanto a los chicos en su nivel de comprensión tanto intelectual como sentimental, ¿no?
— Claro, mi primera lectura fue Mafalda, prácticamente aprendí a leer con esos libritos. Y Mafalda no estaba destinada a un público infantil para nada, pero desde tu infancia podías hacer una lectura divertida de las tiras. Además, lo que tiene de interesante Mafalda es que lo podés agarrar a los 10, a los 15, a los 30 años y siempre vas a encontrar algo distinto.
— Tanto en Batu, como en las tiras sueltas a las que antes hiciste referencia, se pueden ver guiños a la psicología. ¿Cómo trabajás eso?
— La psicología es algo que me interesa mucho, siempre presto atención a las conductas sociales, cómo nos movemos, cómo somos. Me llama la atención lo vincular, las dificultades para expresarnos o comunicarnos, y eso se ve reflejado en mis tiras. Es para donde apunta mi ojos, siempre digo que el dibujante antes de agarrar el lápiz es un observador de la realidad que lo rodea y la interna. Es un ojo que interroga.
— Recién hiciste referencia a la tecnología y la infancia. ¿Vos cómo llevás que tus tiras tengan tanta repercusión en las redes sociales?
— Me interesa, me gusta ver la respuesta de la gente inmediatamente. Eso es algo que antes no era para nada habitual. Yo empecé a publicar en una época en la que no había Internet, por lo que llevaba todos los días mi tira en papel para que se escanee. Yo no tenía respuesta de la gente hasta que no presentara un libro o en alguna feria, muy pocas veces al año. Ahora con las redes sociales es algo similar a lo de un actor, que termina de hacer la obra de teatro y ya tiene la recepción del público. Yo hago el dibujo, lo subo a las redes y ya están las reacciones. Es algo que celebro ese feedback, además se producen idas y vueltas interesantes.
Nos gusta reírnos y reírnos de. También creo que el humor es un sostén para una sociedad. Lo mismo para un individuo. Cuando se atraviesan muchas crisis, el humor hace que todo sea más soportable
— ¿Qué distancia mantenés con ese fenómeno para no entrar en la vorágine que pude producir Internet?
— Hay veces que no llego a leer todos los comentarios, más porque estoy presente en todas las redes sociales. Me gusta ver qué le parece a la gente eso que uno hace en la más absoluta soledad.
— ¿Por qué pensás que Argentina tiene una historia tan rica dentro del humor gráfico?
— Debe tener que ver con que somos un país con una gran capacidad para la crítica y la autocrítica, además de tener un gran humor. Nos gusta reírnos y reírnos de. También creo que el humor es un sostén para una sociedad. Lo mismo para un individuo. Cuando se atraviesan muchas crisis, el humor hace que todo sea más soportable. La sociedad argentina sabe de crisis y creo que por ahí se puede entender, como un mecanismo de defensa.
— Vos te movés por distintos territorios más allá del dibujo. ¿Qué influencias tenés de otras artes?
— Yo siento como influencia todo lo que consumo. Desde las cosas más líricas hasta las más llanas y superficiales. Por supuesto, me marcan aquellas cosas que de alguna manera me llegan, que suelen tener que ver más con el arte: la música, la literatura, el cine.
Lo que se viene es la salida del disco con canciones propias, tanto en letra como en música, que se va a llamar Canciones Dibujadas. Ahí colaboraron grandes músicos, una especie de dream team, donde están Ricardo Mollo, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Victor Heredia, entre muchos otros.
— ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
— Lo que se viene es la salida del disco con canciones propias, tanto en letra como en música, que se va a llamar Canciones Dibujadas. Ahí colaboraron grandes músicos, una especie de dream team, donde están Ricardo Mollo, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Victor Heredia, entre muchos otros. Son 11 canciones que tienen su respectivo videoclip, los cuales están hechos con dibujos míos y de un dream team de dibujantes también. Se va a presentar en un teatro de la Ciudad de Buenos Aires en unos meses. Después estoy trabajando en la muestra Universo Tute, que es muy grande, abarca mis 20 años de producción, que ya se presentó en Rosario (provincia de Santa Fe).
— ¿Qué te produce esa retrospectiva?
— Sí, produce muchas cosas. Una muy linda fue en Rosario: dentro de ese gran laberinto que se forma con todos mis dibujos, yo estaba recorriéndolo y a la vez escuchaba la risa de la gente, sin verlos. Es como perderse en el tiempo además. Dicen que 20 años no es nada, pero es un montón (risas).