Para el viceministro venezolano de Políticas Antibloqueo, William Castillo, la Cumbre por la Democracia que reunirá esta semana a 110 países convocados por Washington es una «operación de propaganda». Dijo a Sputnik que con la invitación al exdiputado opositor Juan Guaidó, EEUU busca «limpiar» el fracaso de su política de agresión contra Venezuela.
«Esa cumbre no tiene ninguna incidencia en el mundo actual, no plantea ningún esquema diferente para abordar los graves problemas y desafíos de la humanidad que no sean los hegemonismos y la imposición de los imperios», afirma William Castillo en entrevista con Sputnik.
Castillo es viceministro de Políticas Antibloqueo del Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior de Venezuela, y es parte de la delegación del Gobierno venezolano en el proceso de diálogo con la oposición en México, que se encuentra congelado tras el «secuestro» del empresario y diplomático venezolano Alex Saab por parte de Estados Unidos.
El viceministro Castillo desacredita la cumbre estadounidense por la democracia, que se realiza el 9 y 10 de diciembre de 2021 y que tendrá como anfitrión al presidente de EEUU, Joe Biden, al considerar que pese a la «peligrosa retórica, no va a incidir en nada en la agenda mundial».
«Hoy la agenda mundial se está decidiendo, en gran parte, desde Moscú hacia el Este; el 67% de las patentes de tecnologías, las invenciones, los avances se están registrando en esa parte del mundo; y en algún momento Estados Unidos tendrá que volver la vista a ese mundo y abandonar la nostalgia imperial», detalla.
Ni China ni Rusia fueron invitados por el presidente de Estados Unidos, además fueron excluidos Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela, lo que revela para el funcionario venezolano el anacronismo de una política hacia América Latina que está siendo derrotada en los hechos.
Para el viceministro Castillo, el lenguaje propio de la Guerra Fría enarbolado por Biden, con la intención de crear nuevas líneas rojas y divisiones en América Latina, son muestras del declive del imperialismo estadounidense, que intenta enfrentar lo que parece un proceso inevitable: la construcción de un mundo multipolar.
«Estados Unidos se resiste a aceptar esa nueva realidad geopolítica mundial, y creo que esta cumbre se inserta en esa estrategia. De ahí la provocación contra China con la invitación a Taiwán; o la provocación contra Rusia, en eso de que no permitirá una nueva Unión Soviética.
En el fondo, Estados Unidos ha perdido la conexión con el mundo, como le pasó al Imperio romano, al Imperio inglés, o como le ha pasado a todos los imperios. Y entonces monta esta operación de propaganda para tratar de recomponer una suerte de alianza occidental que ya es imposible de todas maneras reunir», afirmó el funcionario venezolano.
Fracaso en el patio trasero
Castillo recuerda que lo que ha ocurrido en América Latina en los últimos años, con los ataques incesantes contra Venezuela, el golpe de Estado en Bolivia y las agresiones contra Cuba y Nicaragua, significa un profundo fracaso para la política imperialista de EEUU, porque todas estas experiencias han resistido y continúan hoy un camino propio, sin tutelaje.
Sin embargo, para el viceministro de Políticas Antibloqueo de Venezuela, EEUU se niega a aceptar esa realidad y opina que esa actitud de negación profundiza aún más su declive en la región.
«El ejercicio de la democracia, el regreso de movimientos populares a gobiernos o con opciones de poder en varios países de Latinoamérica, son procesos que Estados Unidos no puede negar poniendo una línea roja y diciendo estos son enemigos y estos aliados. Porque además es mentira. Estados Unidos no le está dando hoy a los países de América Latina lo que en el esquema de la Guerra Fría tenía que darles para que fuesen sus aliados.
Por ejemplo, el principal aliado comercial de Colombia es China, no Estados Unidos; el principal aliado comercial de Argentina es China, no Estados Unidos. Entonces, cómo puedes estar detrás de una retórica absurda, inútil, si no tienes una estrategia económica», explicó.
Derrumbe interno
La cumbre promovida por Joe Biden tiene entre sus objetivos el fortalecimiento de la democracia frente al autoritarismo, el combate a la corrupción y la promoción de los derechos humanos, lo que a juicio de nuestro entrevistado resulta poco menos que un absurdo cuando se observa el deterioro que experimenta Estados Unidos en todos los órdenes fronteras adentro.
Recientemente, el propio Biden reconocía como un «hito trágico» las más de 100.000 muertes registradas en el último año a causa del consumo de drogas, con un aumento del 38% respecto de 2020.
«Estados Unidos se está derrumbando aceleradamente hacia lo interno, el deterioro es terrible, con 50 millones de personas sin seguridad social, 200 ciudades declaradas en bancarrota, un país donde la gente vende su sangre para poder comer. Lo que vimos con el asalto al Congreso, porque había un debate sobre quién había ganado las elecciones presidenciales, era algo impensable.
Entonces, el modelo de Estado fallido que Estados Unidos le cuelga a muchos países hoy es perfectamente aplicable al modelo norteamericano», enfatiza William Castillo.
La invitación al «autoproclamado»
El 23 de enero de 2019, el entonces diputado y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el opositor Juan Guaidó, se autojuramentó en una plaza del este de Caracas como «presidente encargado de Venezuela», y recibió el apoyo del Gobierno de Estados Unidos y de otros 50 países.
El objetivo del «gobierno paralelo» era destituir al presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una ruta trazada por Washington que incluyó un férreo bloqueo económico, sabotajes a la economía, golpes de Estado frustrados, intentos de magnicidio y el saqueo de los recursos del Estado venezolano en el exterior.
A poco de cumplirse tres años de la autoproclamación de Guaidó, el «interinato» se desmorona, con acusaciones contra el mismo Guaidó y el alejamiento de sus principales aliados. Sin embargo, el exdiputado continúa siendo respaldado por Washington y es el único venezolano invitado a la cumbre convocada por el presidente estadounidense.
La invitación no causó mayor reacción en Caracas, pero Sputnik le consultó al viceministro venezolano William Castillo por qué pese a los crecientes cuestionamientos internos y externos contra la figura de Guaidó y su «gobierno de transición», Estados Unidos insiste en respaldarlo.
«Yo lo interpreto como parte de esa negación de la realidad que hay en Washington, por un lado; y por el otro, lo veo como una manera de limpiar el fracaso de su política de agresión contra Venezuela», contestó.
Para Castillo hay que entender que la política exterior de Estados Unidos está «privatizada» y la mayoría de las veces son los lobbies políticos y económicos los que marcan el camino que se debe seguir.
«Y sobre Venezuela hay varios lobbies muy poderosos actuando en Estados Unidos que han influido mucho. Entonces llega esta situación absurda, en la cual la oposición se derrumba, participa en unas elecciones y es derrotada, los principales dirigentes abandonan ese sector y Estados Unidos lo reconoce en una cumbre.
Es parte también de esa confusión histórica que padece Estados Unidos, en la que no sabe si seguir el camino extremo de [Donald] Trump o recomponer unas relaciones de respeto con América Latina que nunca ha tenido», concluyó.
Fuente Sputnik