Este lunes, a eso de las 13:00 horas, el sector de la Plaza Aníbal Pinto en Valparaíso se revolucionó. Una abuelita se había instalado al medio de la transitada Avenida Condell con una mesita y una silla a tomar té.
«Me sentí muy bien con hacer este apoyo que les di por esta activación social que está pasando en el país, porque la gente comprendió por lo que lo hice. Yo tengo una pensión baja, muy baja, entonces lo hice con gusto, me sentí muy bien», dijo a El Ciudadano Olga Inés Echeverría Monarde, de 92 años, protagonista de la acción que se viralizó rápidamente.
«La Ané» o «La Anecita», como le dicen cariñosamente en su familia, es la amada abuela del actor y co-director del Centro de Investigación Teatro La Peste, Danilo Llanos, quien dirigió esta interesante intervención que forma parte de FUEGO. Acciones en cemento, trabajo que se está llevando a cabo en la ciudad puerto del 18 al 23 de noviembre.
«Considerando el acontecer nacional, es que proponemos reunirnos para formar una fuerza colectiva y agitadora, en post de la realización de acciones escénicas que salgan de los espacios habituales de trabajo. Para ello entendemos que es urgente forjar una revolución desde el goce, el placer, el baile, el amor, la libertad y la alegría, apartándonos del miedo y aportando con nuestras herramientas a una manifestación activa, utilizando las calles como medio de expresión», es parte del espíritu de esta propuesta artística.
«Fue una invitación a que ella compartiera su amor y su energía a sus 92 años, y que compartiera -bajo los cuidados de mi madre- una acción tan cotidiana como es tomar un tecito, tal cual como ella lo hace en su casa», explica Llanos.
Y una de las razones de «La Ané» para participar de esta intervención fue su propia experiencia como pensionada. «Las pensiones tan bajas son vergonzosas. He visto casos de otros abuelitos muy tristes, con pensiones muy bajas. Hace poco vi a un caballero con su esposa con Alzheimer y él recibe una pensión baja también y tiene que trabajar», dice. Y agrega: «Entonces yo también me siento, tal vez, como con rabia de ver que ellos (las autoridades) están tan negativos para aumentarnos la pensión, cuando ellos tienen todas las garantías y no se compadecen de las personas ancianas».
En ese sentido, la abuelita que protagonizó la viralizada acción callejera enfatiza que, por ejemplo, a su edad además debe incurrir en gastos en medicamentos. «Los políticos, mientras más ricos, quieren más y más. ¿Y el anciano? Lamentándose con su pensión», concluye «La Anecita».