El 18 de octubre de 2019 se inició el histórico estallido social y los casos de violación a los Derechos Humanos por parte del gobierno de Sebastián Piñera se convertieron en pan de cada día. Violencia a manos de agentes del Estado que trasciende a edades y género, por lo que los más pequeños de la sociedad tampoco se salvaron.
En Chile ser menor de edad no es garantía de mantener intacta la integridad física y psicológica. Cuando se trata de detenciones, torturas, vejaciones sexuales y hasta asesinatos a manos de la policía, los niños -sobre todo aquellos de estrato social bajo- muchas veces sí están primero.
Aquí revisaremos algunos de los dramáticos casos de violencia contra menores que ocurrieron entre octubre y noviembre de 2019.
Agresiones en la periferia santiaguina
B.G.L. es una menor de edad de Villa Los Hidalgos, en la comuna de Buin. Su madre, Pía Lastra, despertó asustada la noche del 19 de octubre luego de haberse quedado dormida. Su hija no estaba. Había ido en bicicleta a una marcha que había en el centro de la comuna y a las 12 de la noche no había llegado a su casa. Pía fue de inmediato a la 15° Comisaría de Buin, sabía que su hija estaría ahí. No porque creyera que ella había cometido un delito, pero luego de llamarla reiteradas veces a su celular sin obtener respuesta, se dirigió sin dudarlo.
Efectivamente, B.G.L. se encontraba en el calabozo del recinto. Su madre quiso verla y no la dejaron. Solo le dijeron que tendría que ir a buscarla a la mañana siguiente a San Bernardo, ya que era imputable. Ella les hizo ver que su hija siendo menor de edad, no podía estar detenida en ese lugar y en las condiciones que estaba, incomunicada. Tuvo que irse sola de vuelta a su casa sin saber en qué condiciones se hallaba su hija.
A eso de las cinco de la mañana la llaman diciéndole que debe ir a buscar a B.G.L. Pía se sorprendió: “Fui a buscarla horas antes y me la estaban negando. Antes que me la entregaran su celu sonaba llamando y nadie contestaba”. Le dijeron que su hija había sido sorprendida tirando piedras. Les dijo que le mostraran videos. El efectivo de Carabineros subió la voz señalando que “era su palabra contra la mía” -recuerda Lastra- y que él mismo testificaría en contra de su hija.
Discutió con el efectivo, ya que la información que le dieron nunca fue clara. Salió su hija con un polerón delgado, con frío y cara de shock. Ellos le dijeron que no la había llamado porque a ella se le había olvidado el teléfono, mientras la menor declara haberles pedido que llamaran a su madre. B.G.L. andaba en bicicleta y con celular, pero en la declaración de pertenencias de la menor en la comisaría no figuraba nada de eso.
Lo que ocurrió fue que la chica grabó una golpiza que Carabineros le dio a unos jóvenes, mientras ella andaba en bicicleta siguiendo la marcha; “solo siendo espectadora”, enfatiza su madre. “De un momento a otro la tomaron entre cuatro carabineros con bici y todo, luego dos más la tomaron de los brazos para quitarle el teléfono, le subieron la polera y se la pusieron en la cara, uno la tomó del cuello mientras otros la tomaban de los brazos”, relata Pía.
Intentaron constatar lesiones en un centro asistencial distinto al que Carabineros había llevado a la menor, ya que ambas no estaban de acuerdo con lo que decía el parte -“lesiones leves”-, pero no pudieron. “Estaba todo hecho un caos”, explica Lastra.
La mujer que fue testigo del hecho, María Luisa Lamch, dice que efectivamente la menor no se encontraba tirando piedras ni nada de lo que declaró Carabineros. B.G.L. quedó con múltiples marcas de golpes y apretones, además de miedo, y su caso se encuentra hasta ahora sin ningún responsable.
Secundarios en la mira: perseguidos y amedrentados
En La Serena, dos estudiantes secundarios de la ASEC (Asamblea de Secundarios de La Serena y Coquimbo) declararon públicamente haber sido amedrentados por carabineros en el centro de su ciudad la tarde del 5 de noviembre. En su relato -una declaración publicada por diferentes redes sociales la misma tarde en que ocurrió el hecho-, señalan que mientras A.A.M. de 16 años y V.A.H. de 17 caminaban a la altura del Liceo Gabriela Mistral, cuatro efectivos policiales en moto se acercaron a ellos con lumas, “haciendo señas para encerrarlos, advirtiendo entre los mismos la frase ellos son”, refiriéndose a los dos menores.
Anterior a ello, la menor A.A.M. fue seguida por un retén móvil de Carabineros y tres GOPE, mientras una calle más abajo de donde ella caminaba reprimían estudiantes. Se dio cuenta y logró escapar. Fue ahí cuando se juntó con V.A.H., siendo ambos amedrentados luego. Vecinos del sector fueron en su ayuda, diciendo a viva voz que los estudiantes no estaban haciendo nada.
Los chicos mencionan estar siendo amedrentados y perseguidos: “Tenemos documentados los seguimientos, fotografías e incluso golpes hacia algunos de nosotros, que datan desde el inicio de las movilizaciones sociales”. En las redes ha circulado un video del hecho que relataron.
En la capital la situación no es diferente. El martes 5 de noviembre estudiantes del Liceo 7 de Santiago Teresa Prats se tomaron el colegio, adhiriendo a las movilizaciones que se extienden por todo el territorio. La directora del establecimiento, Denisse Berenguela, aludiendo a que llegaron “de forma violenta a su oficina”, llamó a Carabineros, huyó con ellos y dejó a las estudiantes solas frente a Fuerzas Especiales. Los efectivos policiales les dispararon perdigones en dos oportunidades hacia el interior. A raíz de aquello, al menos dos alumnas resultaron heridas.
Mientras tanto, durante la misma jornada, en la comuna de Macul cinco menores de edad -tres mujeres y dos hombres- fueron detenidos por la fuerza policial cuando estaban esperando locomoción para regresar a su casa.
Los adolescentes de 15 años -pertenecientes al Liceo Industrial San Joaquín- relatan que debido al gas lacrimógeno que existía en el ambiente, uno de ellos se tapó la cara con un polerón. Debido a eso, Carabineros lo acusó de ser un encapuchado. Los menores denunciaron ante el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) haber sido golpeados, mientras que las mujeres habrían sido desnudadas. Uno de ellos, además, tiene un corte en la cabeza, mientras que otro presenta uno en la pierna.
Ese mismo día, en la ciudad de Rancagua, un grupo de jóvenes -la mayoría menores de edad, como apunta Ángela Herrera- se encontraba haciendo una marcha pacífica en la carretera del cobre. La mujer declara que desde su casa sintió disparos, al parecer de perdigones, y muchos gritos de gente. Salió: “Venían dos patrullas móviles de Carabineros disparando entre las poblaciones Villa O´Higgins y El Escudo. A mansalva tirándoles al cuerpo”, narra. Ángela los refugió en su casa. Se trataba de prácticamente puros secundarios, que no tenían nada en sus mochilas, además de agua y vinagre algunos de ellos.
El 6 de noviembre, A.R.R.R., de 15 años, fue golpeada en la vagina con un bastón retráctil por un efectivo de Carabineros durante un procedimiento en la Plaza de Maipú. La adolescente, quien se encontraba en una manifestación en el sector del Templo Votivo, relata que se vio envuelta en un enfrentamiento entre manifestantes y la fuerza policial, contexto en el cual un policía hombre la golpeó en la zona genital para luego arrastrarla por el piso violentamente.
Una vez trasladada a la 25° Comisaría de Maipú, la menor fue obligada a desnudarse en el baño, donde, según relata el INDH, “una funcionaria procedió a practicarle una revisión corporal, fuera del marco legal permitido, exigiéndole que se desnudara por completo en su presencia”. No siendo suficiente el acoso, A.R.R.R. estuvo detenida más de cuatro horas. A la llegada del funcionario del INDH a las 22:30 horas, aún no se realizaba el procedimiento de ingreso de la menor a la unidad policial, y no se le había informado sobre el motivo de su detención, ni la hora en la que sería liberada.
En Valdivia, el 20 de octubre, dos jóvenes de 16 años -de iniciales J.E.C.V. y S.G.G.R.-, fueron detenidos durante las manifestaciones. Según el INDH, “se detuvo a los adolescentes, sufriendo lesiones que pueden atribuirse, vía presunción grave, al actuar de personal policial. Del mismo modo, se encuentra establecido -al menos respecto de uno de los adolescentes- que no se contactó a ningún adulto responsable, ni que se haya subsidiariamente contactado al defensor penal adolescente”.
El día 7 de noviembre, la Corte de Apelaciones de la ciudad acogió un recurso de amparo presentado por el INDH en contra de carabineros de la 4ta Comisaría de Río Bueno por la detención de los jóvenes, quienes permanecieron privados de libertad por alrededor de tres horas antes de ser puestos a disposición de sus familias, luego de la constatación de lesiones.