Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) han admitido que los servicios de inteligencia llevaron a cabo una evaluación errónea del riesgo para los civiles del bombardeo efectuado el pasado 14 de noviembre en la Franja de Gaza, en el que nueve personas perdieron la vida.
Las IDF atacaron una casa en la localidad Deir al-Balah y aseguraron haber abatido a uno de los líderes de la Yihad Islámica Palestina, Rasmi Abu Malhous. Sin embargo, ocho miembros de su familia, incluidos cinco niños de menos de 13 años, murieron durante la ofensiva.
En su comunicado publicado este martes el Ejército israelí afirmó que la casa bombardeada servía como «recinto militar» para yihadistas islámicos. «El análisis también concluyó que mientras planificaban el ataque, las IDF estimaron que los civiles no se verían afectados como resultado de la ofensiva», reza el comunicado del Ejército.
Sin embargo, la investigación posterior del ataque determinó que «aunque se llevó a cabo actividad militar en el complejo, no fue una instalación militar cerrada y, en realidad, allí había civiles«.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel, la investigación incluye recomendaciones «con el objetivo de reducir, en la medida de lo posible, la repetición de hechos erróneos similares».
Cortesía de RT
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