Al menos 90 personas murieron este sábado en un bombardeo perpetrado por el ejército israelí en un campo de desplazados del sur de la Franja de Gaza, justo en una zona designada como “segura” por el propio gobierno de Israel.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, indicó que la mitad de los fallecidos son niños y mujeres, y que el brutal ataque dejó además 300 heridos, algunos en estado crítico.
El mortal bombardero se produjo en el área de Al Mawasi, al oeste de la ciudad de Jan Yunis, designada «zona humanitaria» por las fuerzas israelíes al comienzo de su operación en la localidad sureña de Rafah a principios de mayo pasado.
Según consignó ‘Al Jazeera’, el ejército israelí lanzó cinco bombas y cinco misiles en busca del jefe militar de Hamás en el enclave palestino, Mohamed Deif y del comandante de la brigada de Hamás en Jan Yunis, Rafah Salameh, saltándose la «zona segura» del campamento de Al Mawasi. Tras el ataque, los gazatíes corrían en todas direcciones mientras los trabajadores humanitarios socorrían a todos los que podían, incluidos propios trabajadores.
Mientras el personal médico atendía a los heridos, se produjeron más bombardeos.
«Estábamos sentados en la tienda, no pasaba nada, de repente un misil cayó sobre nosotros. Los niños estaban hechos pedazos», declaró una superviviente del ataque.
De acuerdo con el medio citado, el impacto de los misiles dejó un enorme cráter sn este campo de refugiados.
El subsecretario del Ministerio de Salud en Gaza, Yusef Abu al Rish, calificó este bombardeo como «una masacre».
El ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto declaró que estos “crímenes” no pueden aceptarse bajo “ninguna justificación”.
El ejército israelí insiste sin presentar pruebas, que el ataque estaba dirigido a Deif; sin embargo, Hamás niega que Deif haya sido asesinado.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó en una rueda de prensa que sus tropas lanzaron un ataque contra Deif y Salama y declaró que “no hay certeza” de que ninguno de ellos haya muerto en el bombardeo.
El ejército israelí indicó que el bombardeo tuvo lugar en una “zona cerrada gestionada por Hamás” y que, según sus informaciones, “solo estaban presentes terroristas de Hamás y no había civiles”.
Hamás desestimó esta versión y la tachó de “argumentos falsos que buscan esconder el alcance de la espantosa masacre”.
El político del grupo islámico, Ismail Haniyeh, acusó a Netanyahu de cometer “masacres atroces” con tal de intentar bloquear las negociaciones para un alto el fuego reanudadas esta semana.
“Ningún lugar es seguro”, afirmó, citado por Democracy Now
Más ataques de Israel en Gaza
También el sábado, el ejército israelí atacó una mezquita improvisada durante la oración del mediodía en el campamento de refugiados de Shati, en el oeste de la ciudad de Gaza, matando al menos a 20 palestinos. Luego, el domingo, los ataques aéreos israelíes tuvieron como objetivo cuna escuela de las Naciones Unidas que albergaba a miles de palestinos desplazados en el campamento de refugiados de Nuseirat mataron al menos a 22 personas e hirieron a más de un centenar.
Este fin de semana, el secretario general de la ONU, António Guterres, planteó en una conferencia de donantes de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, que «justo cuando pensábamos que no podía empeorar en Gaza, de alguna manera, espantosamente, los civiles están siendo empujados a círculos infernales cada vez más profundos».
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