Más de 1.000 gazatíes han muerto en el asediado norte de la Franja de Gaza tras 23 días de ofensiva israelí perpetrada por aire y tierra.
Según las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza, la mayoría de las víctimas han sido mujeres y niños.
Al menos 53 personas murieron en ataques israelíes lanzados contra Gaza entre el domingo y la madrugada de este lunes, la mayoría en el norte.
«El ejército israelí perpetró cuatro nuevas masacres en Gaza matando a 53 civiles palestinos, 46 de ellos en el norte de Gaza», confirmaron desde el Ministerio de Sanidad de Gaza, al tiempo que aseguraron que unas 100.000 personas siguen atrapadas en Jabalia, Beit Lahia y Beit Hanoun bajo «bombardeos indiscriminados» y privadas de alimentos, agua y atención médica.
Durante la jornada de este lunes, al menos 18 gazatíes murieron en un ataque aéreo contra una zona residencial del campamento de refugiados de Jabalia.
Las tropas israelíes continúan su ofensiva, presionando a la población para que se desplace hacia el sur.
«La ocupación reanudó sus operaciones de bombardeo y ataques de artillería en el campamento de Yabalia, la ciudad de Beit Lahia y las cercanías de Al Tawam y Al Saftawi», informó la agencia de noticias palestina Wafa.
La situación en Gaza es «catastrófica» e «insoportable»
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció que «la situación en el norte de Gaza es catastrófica» y que las «intensas operaciones militares» alrededor y dentro de los hospitales, como la falta de recursos, están privando a los gazatíes una atención médica vital.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, también expresó su profunda preocupación por la suerte de los civiles de Gaza.
«La difícil situación de los civiles palestinos atrapados en el norte de Gaza es insoportable», declaró el domingo el portavoz de Guterres.
En la misma línea, Hind Khoudary, corresponsal de Al Jazeera, desde Deir el-Balah en Gaza, describió la situación que se vive en el norte del enclave en las últimas 24 horas como «horrible».
«La situación sigue empeorando, y la gente intenta llegar hasta allí, llorando, sintiéndose abandonada, pidiendo comida, agua y medicinas», explicó.