Por Mauricio Becerra Rebolledo @kalidoscop
En varias ciudades del mundo, los humanos obligados a estar encerrados en sus casas asisten a cómo en las calles y espacios públicos comienzan a aparecer animales salvajes.
Su aparición en ciudades antes de la cuarentena por el Coronavirus era para dar cuenta de los serios trastornos que producían. Como en las ciudades de la India cuando un elefante se enfurecía ante el abuso de humanos y los medios titulaban las noticias como un paquidermo vuelto loco. En otros casos, la vista de animales salvajes se exhibe con orgullo. En guías de ciudades, como Londres o Berlín, se mencionaba como un atractivo, además de la multiplicidad de lenguas habladas y las comunidades migrantes, la posibilidad de ver ardillas, ciervos o zorros en parques y suburbios.
Se han visto ciervos en Japón; jabalíes en el centro de Barcelona; cabras de monte en Aragón; pavos deambulando por las calles de Madrid y patos nadando en las hace pocas semanas atestadas fuentes de Roma.
Las primeras imágenes llegaron desde la ciudad de Nara, Japón, en donde los ciervos sika deambulaban por las calles de la ciudad comiendo flores y plantas.
Desde el sábado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, que las calles españolas comenzaron a vaciarse de peatones.
En Barcelona durante la noche han aparecido jabalíes en el centro de la ciudad. Uno de ellos fue avistado en calle Balmes.
Los jabalíes viven en los bosques próximos a los suburbios de la capital catalana y antes de la cuarentena habían sido vistos en parques y plazas buscando comida en algunas ocasiones.
El silencio y la ausencia de autos le dieron la confianza a pavos reales para deambular por las calles de Madrid.
También las cabras de monte han descendido desde los cerros en pueblos de Aragón.
En Roma, las piletas de agua, hace pocas semanas atestadas de turistas, han sido escogidas por una pareja de patos para disfrutar la ausencia humana.
En Cagliari, isla de Cerdeña, un par de delfines se acercaron al muelle.
En San Felipe, Ciudad de Panamá, según The Guardian, ante la ausencia de humanos tres mapaches jugaban en la playa con las olas.
La aparición de varias especies no domesticadas también ha alimentado la producción de noticias falsas (fake news), como la de delfines en Venecia.
La llegada de animales salvajes a ciudades también nos debe alertar respecto de la expansión de los territorios humanos a costa de los nichos ecológicos en donde ellos habitan. Los animales llegan a colonizar las urbes buscando alimento y refugio.
LECTURAS RECOMENDADAS:
De la Plaza de la Dignidad a la Huelga General
La precarizada salud pública puesta a prueba con el Covid-19