La nueva variante de COVID-19 descubierta por los empleados del Laboratorio de biotecnología y virología molecular de la Universidad de Chipre, fue detectada en personas que se encontraban hospitalizadas tanto sintomáticas como asintomáticas.
La nueva variante fue bautizada como ‘deltacron’ por ser en esencia, una mezcla del ómicron con la variante delta.
Según informó a los medios locales el jefe del ente, Leondios Kostrikis, que encabezaba antes el Consejo para la Lucha contra la pandemia en la nación isleña, la nueva variante tiene la base genética de la cepa delta, pero al mismo tiempo presenta mutaciones que antes solo se han visto en la cepa de ómicron.
En particular, el científico ha destacado que la ómicron tiene 30 mutaciones y 10 de ellas han sido identificadas en las muestras tomadas en Chipre. En total, la cepa deltacron fue hallada en 25 muestras: 11 de ellas provinieron de personas hospitalizadas con síntomas del COVID y otras 14 personas fueron asintomáticas.
Kostrikis también hizo hincapié en que lo más probable es que la nueva cepa híbrida aún no haya sido identificada en otros laboratorios del mundo, razón por lo cual su descubrimiento hecho el 8 de enero podrá ser de interés global. Así mismo añadió que los resultados del estudio fueron enviados a la base de datos internacional GISAID, que los pondrá a disposición de la comunidad científica mundial.
Con ello, el biólogo destacó que aún no se puede pronosticar si la deltacron podrá desplazar a las cepas delta y ómicron. Por su parte, el ministro de Salud de Chipre, Michalis Hadjipandelas, aplaudió a los científicos por su descubrimiento, pero dijo que la nueva variante no debería ser objeto de alarma, pues es un híbrido de dos cepas que ya se encuentran en la isla.
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