Las imágenes de cadáveres en un pasillo del Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso causaron indignación en la ciudadanía ante el colapso de la morgue del centro asistencial por el aumento de fallecidos de Covid-19.
Al respecto, la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (Fenats) criticó la gestión del Gobierno, indicando que “podía haberse previsto“, puesto que las autoridades sanitarias no tomaron en cuenta la situación a tiempo, para evitar que los cuerpos de los fallecidos tuvieran que ser almacenados de forma provisoria en otra área del centro asistencial que no estaba suficientemente preparada para ello.
A través de una declaración pública, la federación indicó que “queremos ser tajantes en que el colapso podía haberse previsto, y expresó que “las autoridades sanitarias, tanto del hospital, del Servicio de Salud, como de la Seremi, tienen la obligación de generar los recursos técnicos y humanos necesarios, que aseguren el buen funcionamiento de los centros de salud y adelantarse a este tipo de situaciones”.
“Es difícil entender que deban filtrarse imágenes desgarradoras, para que entonces aparezcan los camiones con contenedores para cadáveres. Es difícil entender que con un 30% de ausentismo laboral del sector salud, no se invierta en nuevas contrataciones. Es difícil entender que no se proteja y reconozca la labor de todos quienes forman parte del equipo médico, desde auxiliares a médicos”, condenó la agrupación.
En ese sentido los integrantes de la Fenats apuntaron que “actualmente no existen recursos suficientes para atender a todos los contagiados de COVID-19, quedan menos de 200 camas críticas en todo el territorio nacional y se privilegiará a los pacientes con mayores posibilidades de sobrevivir, el personal de salud es insuficiente y se encuentra agotado física y mentalmente”.
Por otra parte, indicaron que “las dos nuevas cepas de Coronavirus que acaban de ingresar al país, nuevamente, porque las autoridades no cierran las fronteras, no aíslan a los casos estrechos, no obligan al empresariado a facilitar el trabajo remoto, ni a asegurar el derecho a licencia de los trabajadores, pueden convertirse en una nueva pandemia, cuyos alcances pudieran llegar a ser aún más graves que la del año pasado”.
También alertaron que la población parece no terminar de comprender la dimensión de la crisis sanitaria, lo que se debería “en gran parte, a la falta de claridad de las políticas adoptadas por las autoridades, que titubean entre cuidar a la gente y complacer al mercado”.
“No queremos asustar a la población; lo que queremos es que hagamos las cosas bien. Que el gobierno facilite los recursos económicos necesarios, que las autoridades escuchen a los trabajadores, que se adelanten a los posibles escenarios y que la gente comprenda que puede morir si no se cuida“, concluye la declaración.