Unas 20.000 personas asistieron a principios de julio al Festival ‘Verknipt’, en Utrecht (Países Bajos), que ha resultado ser el origen del mayor brote de coronavirus del país, con alrededor de 1.000 personas contagiadas.
El evento se celebró el 3 y 4 de julio y no se exigió ni el uso de mascarillas ni la distancia social. Como ya han hecho otras ciudades, formaba parte de un experimento para replantear la vuelta segura a este tipo de eventos. Así, para poder asistir, exigían o estar vacunado, o haber pasado el virus, o contar con una prueba de diagnóstico negativa.
Según la agencia de noticias ANP, en el primer día se contagiaron al menos 448 asistentes, mientras que en el segundo fueron unos 516.
El festival se celebró apenas días después de que el ejecutivo holandés levantara las restricciones impuestas hasta entonces para controlar la pandemia. No obstante, el Gobierno ha dado ‘marcha atrás’ y anunció el pasado viernes nuevas medidas que van desde el cierre del ocio nocturno a la suspensión de todo tipo de eventos de varios días.
Y es que los contagios han aumentado un 500% desde que el 26 de junio se relajaran las medidas.
Países Bajos atraviesa su mayor subida de contagios desde el año pasado, registrando más de 10.000 casos nuevos diarios, con especial incidencia entre los jóvenes, según han destacado las autoridades.
Una cifra que les devuelve a los umbrales que marcaba la pandemia en el país en el mes de diciembre y que constata el fin de la tendencia a la baja que venían registrando en las últimas semanas.
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