Gran revuelo ha causado la visita del Papa Francisco a nuestro país. Este martes, la presidenta Michelle Bachelet recibió en el Palacio de La Moneda al Sumo Pontífice, quien fue homenajeado por la banda instrumental y la Guardia del Palacio al entonar el himno de ambos estados, y se dieron el tiempo de conversar de diversos temas, entre ellos la acusación de delitos sexuales en contra de algunos religiosos y el pleito en La Araucanía.
Bergoglio declaró sentir vergüenza ante los casos de abusos sexuales que ensucian el clero de nuestro país. «Y aquí, no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia» señaló Francisco I quien había recibido varias críticas por no referirse a la crisis que está pasando la religión católica en Chile.
Siguiendo en la misma línea, agregó que «una nación es futuro, y ese futuro se juega en la capacidad de escucha que tenga su pueblo y autoridades. Es preciso escuchar a los pueblos originarios. Escuchar a los jóvenes en su afán de tener más oportunidades. Escuchar a los ancianos con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. No los podemos abandonar. Escuchar a los niños». Esta última frase se enmarca en la declaración que hizo un vocero de la Agrupación Mirista, quien aseguró que la organización hizo «oídos sordos» a las acusaciones de delito sexual por parte de algunos profesores hacia los niños.
La mandataria, en cambio, señaló sentirse muy feliz al recibir al Papa en un contexto totalmente distinto al que vivió Juan Pablo II cuando pisó Chile en 1987. «Qué bueno poder decirle que Chile es otro; por encima de nuestras diferencias, hemos transitado caminos de encuentro y de justicia e impulsado el desarrollo. Hemos conquistado importantes derechos en educación, salud y vivienda» señaló Bachelet haciendo referencia a las reformas impulsadas durante su mandato.
Además, la presidenta se refirió a los desafíos que aún debe superar nuestro país. Entre los cuales se encuentra la «deuda histórica» con el pueblo mapuche, la vulnerabilidad en la infancia, sobretodo en los niños que habitan los distintos hogares del Sename, y la situación de los miles de inmigrantes que al día de hoy habitan nuestro territorio.