A continuación, presentamos el testimonio de Astrid Heijnen, de Bélgica, quien gracias al trabajo con la medicina de la ayahuasca pudo superar severos traumas por abuso sexual.
«La ayahuasca me mostró cómo sanar mi trauma por abuso sexual»
Cuando era joven, Astrid Heijnen fue abusada sexualmente por tres adultos diferentes. La primera vez fue a la edad de tres años, luego nuevamente a los seis y a los trece. En dos de estas ocasiones, los abusos involucraban a parientes cercanos.
No es extraño que esos traumas infantiles tuvieran un impacto muy perjudicial, emocional y psicológicamente, a lo largo de casi toda la vida de Astrid, que ahora tiene 57 años.
Ella reveló: “Claramente logré reprimir el abuso infantil durante mucho tiempo. Surgieron muchos problemas, pero nunca me di cuenta de cuál era su raíz. Luego, a los 33 años, descubrí que tenía una hermana mayor, lo cual fue un gran regalo en un sentido, pero también desencadenó el profundo dolor reprimido en el pasado.”
“Tenía que buscar ayuda psiquiátrica. En ese momento estaba lista para morir. Sabía que amaba a mis hijos, pero no podía sentirlo. Mi corazón estaba completamente apagado. La terapia ayudó mucho, pero no sanó completamente mis problemas.»
Una experiencia de ayahuasca hace unos años liberó a esta madre de dos hijos de Amsterdam de las cadenas y el tormento de su pasado. También pudo perdonar a sus abusadores. «Me llevó casi 20 años descubrir acerca de la medicina de las plantas, y cuando usé ayahuasca por tercera vez, pude ver todo lo que no quería ver, escuchar y experimentar con respecto al abuso sexual.»
“Mi abusador, cuando yo tenía solo tres años, me dijo después de abusar de mí: ‘Si le dices a alguien lo que ocurrió, tu hermanito morirá.’ Cuando tienes tres años, tomas todo como la verdad, y no quería ser responsable de su muerte.”
“El segundo abuso lo cometió el padre de una amiga y eso realmente me lastimó. El comprender, años después, que esta amiga pensaba que eso era algo normal me dejó conmocionada.”
“El tercer incidente, que involucra a un pariente cercano, me afectó de manera severa emocionalmente. No podía respirar ni creer en esa traición. El hecho de que antes de eso había estado profundamente perturbada porque había visto la película ‘El Exorcista’, sólo agravó el horror de todo. Durante mucho tiempo tuve imágenes constantes de figuras demoníacas. Me di cuenta de que otros no podían verlos, pero yo sí las veía. Mi rendimiento escolar se vio muy afectado. Durante meses pensé que me estaba volviendo loca y que pronto moriría.”
“No podía contarle a nadie lo que había sucedido, y decidí que no se podía confiar en nadie, realmente nadie, y que todos los hombres sólo querían tu cuerpo. Odiaba mi cuerpo y la lujuria que despertaba en los demás. Tuve muchas dificultades con mis relaciones sexuales la mayor parte de mi vida.”
“La ayahuasca del año pasado, mi tercera experiencia, fue un viaje terrible y difícil. Casi grité para que se detuviera, pensé en salir corriendo. Pero, oh Dios mío, la liberación después. La paz y el amor, y tanta gratitud.”
“Dos años después pude visitar a uno de mis abusadores y decirle que lo perdonaba. También pude abrazarlo.»
“La ayahuasca me liberó y me permitió perdonar incondicionalmente, que es uno de los mejores regalos que uno puede darse. También creía que el perdón estaba rompiendo una cadena kármica ancestral.»
Astrid ahora ha tomado ayahuasca y yopo alrededor de 10 veces cada una en los últimos tres años. Ella dice que está desarrollando una mayor comprensión de sí misma y de los demás, una conexión más profunda, y le encanta estar en compañía de otras personas con experiencias personales similares.
«Aprendí sobre la autoaceptación y el perdón. Tengo una mente más abierta y puedo ver la imagen más amplia ahora. Lo que parece malo puede convertirse en una bendición. También escucho lo que me dice mi cuerpo.”
“Durante esa tercera ceremonia de ayahuasca, pedí específicamente que se me mostrara todo lo que había estado inconsciente, lo que me estaba molestando con respecto al abuso. Dije: ‘Muéstrame de una vez por todas, y libérame de una vez por todas.’ Y vaya si entendí. Algunos podrían considerar a esta una mala experiencia… pero ciertamente no lo era «.
Astrid se unió al movimiento #ThankYouPlantMedicine hace varios meses y es un miembro activo en nuestra comunidad de Facebook. Agrega: “El movimiento #ThankYouPlantMedicine está haciendo un trabajo muy importante al comprometerse en eliminar el estigma que rodea a las medicinas de las plantas.”
“A menudo pienso que las medicinas de las plantas podrían haber salvado la vida de mi madre si hubieran sido accesibles y no estuvieran estigmatizadas. Ella fue diagnosticada como maníaca depresiva y finalmente se suicidó. Creo firmemente que podría haberse beneficiado del uso de psicodélicos. Necesitaba desesperadamente de ayuda y la buscó en todo tipo de clínicas. No pudieron ayudarla y solo la llenaron de medicamentos tóxicos.”
“Observa mi historia. Las plantas medicinales son muy útiles para todo tipo de traumas o adicciones. Creo que es un delito no permitir su uso.”
Emily Sinclair es miembro del Comité Comunitario de Ayahuasca del Instituto Chacruna de Plantas Medicinales y Psicodélicos. Oriunda de Inglaterra, Sinclair también llevó adelante un retiro de ayahuasca en Perú durante seis años y fue voluntaria en otro centro.
Comenta: «La historia de Astrid es similar a otras que he escuchado en relación con la curación del trauma sexual con ayahuasca; son narraciones que siempre se centran en el perdón y la compasión. En ocasiones, este nivel de perdón es difícil siquiera de imaginar. Es a través de la empatía y de tomar conciencia de nuestra interconexión que se vuelve posible.”
“Así como el abuso sexual nos muestra lo peor de lo que son capaces los seres humanos, esta capacidad de perdonar y sanar de actos tan horrendos y debilitantes nos muestra lo mejor de nuestro potencial”, concluye.
Leer el artículo original en inglés.
DESLINDE DE RESPONSABILIDADES / MENSAJE DE SEGURIDAD IMPORTANTE
El movimiento #ThankYouPlantMedicine no fomenta actividades ilegales o el uso o abuso de la medicina psicodélica. La medicina psicodélica, incluso dentro de los límites de las leyes aplicables, no es apropiada ni beneficiosa para todos.
Los psicodélicos no son «curas mágicas». Son herramientas cuando se usan adecuadamente con respeto, intenciones claras y un entorno seguro y de apoyo que puede catalizar el crecimiento personal y la curación.
Para minimizar el daño y aumentar el potencial terapéutico, es imperativo que las personas hagan su propia investigación, preparen e integren su experiencia.