El LSD y su aparición en el mundo

“Tomar LSD fue una experiencia profunda, una de las cosas más importantes en mi vida

El LSD y su aparición en el mundo

Autor: Ángela Barraza

LSD

“Tomar LSD fue una experiencia profunda, una de las cosas más importantes en mi vida. LSD muestra que hay otro lado de la moneda, y que no puedes recordar cuando desaparece, pero lo sabes. Reforzó mi sentido de lo que es importante, creando grandes cosas en lugar de hacer dinero, poniendo las cosas de regreso en el camino de la historia y de la consciencia humana tanto como yo pudiera”.

― Steve Jobs


Se sabe de grandes personajes a lo largo de la historia que han ingerido diversas sustancias para explorar su lado creativo; para descubrir cosas nuevas y para aventurarse en viajes psicodélicos. Pero, ¿qué tanto conocemos del LSD y los orígenes de la sustancia?

En 1938, el químico suizo Albert Hofmann sintetizó por primera vez la sustancia cuando los laboratorios Sandoz en Basilea lo contrataron. Sin embargo, no fue hasta 1943 que descubrió los efectos cuando estaba recristalizando la sustancia. El químico tomó una pequeña dosis de la sustancia y entonces se dio cuenta de los efectos. Las visiones caleidoscópicas y de gran colorido lo inundaron y lo llevaron a un “mundo” desconocido; uno que le dio una gran sensación de bienestar. La curiosidad lo hizo ingerir 250 microgramos de LSD-25, número por el orden que le dio a los compuestos que sintetizaba, y que según él, debía ser la dosis mínima. El efecto fue tan potente que le fue imposible expresarse claramente. Este día se conoció como “el día de la bicicleta”. Regresó a casa y le llamó a un médico para que viera su estado, sin embargo el médico no notó nada extraño, sólo tenía las pupilas dilatadas.

albert hofmann


Según lo que expresó el químico, al inicio experimentó una terrible angustia; una serie de sentimientos e ideas que le hicieron creer que se estaba volviendo loco. Después el miedo desapareció y la sensación de bienestar y felicidad llegó. “… creía tener la certeza de que había escapado definitivamente del peligro de la locura”.

Durante el viaje vio imágenes fantásticas, el ruido se intensificó y terminó por transformarse en otra imagen. Al día siguiente, en palabras de Hoffmann, estaba en “un estado de máxima sensibilidad”.

Después del descubrimiento, el laboratorio Sandoz realizó diversos experimentos en animales. En 1947, según el doctor Werner A. Stoll, de la Universidad de Zúrich, el LSD podría ser de ayuda en la psicoterapia. Fue se mismo año que la sustancia se puso a la venta por los laboratorios Sandoz bajo el nombre de Delysid. Las indicaciones decían que podían usarse en terapia psicoanalítica y en estudios experimentales sobre las psicosis

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Los efectos sobre esta nueva sustancia se hicieron públicos y muchos hablaron además de la experiencia que podía dar; una que podía “cambiar” la personalidad. En 1949, Max Rinkel, del Centro para la salud mental de Massachussets llevó el LSD a Estados Unidos para tratar a pacientes esquizofrénicos. La finalidad era que cuando estuvieran bajo sus efectos, pudieran conocer mejor su enfermedad; pues el LSD podía producir una psicosis temporal. A pesar de que no tenía fundamento, más tarde en Nueva York se llegó a la conclusión de que el LSD afectaba la serotonina y el glutamato, los mismos receptores que daña a los esquizofrénicos. Durante las siguientes décadas se utilizó en el psicoanálisis, alcohólicos y pacientes con cáncer.

timothy leary
Timothy Leary

 

Pero, además de las finalidades médicas que podía tener, artistas e intelectuales vieron una oportunidad para adentrarse en una experiencia distinta que les podría dar nuevas oportunidades. Escritores como Aldous Huxley y Ernst Jünger son ejemplo de aquellos personajes que experimentaron con la sustancia y que además promovieron su uso. Huxley tuvo un gran interés por las sustancias psicodélicas, y en 1956 publicó el segundo libro sobre el tema: Cielo e infierno.

El científico Timothy Leary fue también uno de los hombres que consumieron la sustancia, y que también promovieron que otros la probaran y consumieran. En 1966, fundó La Liga para el Descubrimiento Espiritual, una religión en la que el LSD era el máximo santo sacramento. Sin embargo, un mes más tarde de su fundación, la sustancia fue declarada como ilegal. Leary peleó y buscó demostrar los beneficios del LSD; por eso, en enero de 1967, dio un discurso ante 30 mil personas en San Francisco durante el Human Be-In.

A pesar de la prohibición, el movimiento hippie adoptó la sustancia y la recibió con los brazos abiertos. Fue cuando el movimiento comenzó a decaer, que la sustancia también lo hizo.

El LSD ha servido de inspiración para grandes artistas, quienes aseguran haber abierto sus mentes después de consumir la sustancia. Pero, también hay otros tantos que se han inspirado en quienes la tomaron o los efectos de esta para realizar distintas expresiones artísticas.

The Doors, Jimi Hendrix y The Beatles son algunos de los músicos que hacen referencia en sus canciones al viaje causado por sustancias psicodélicas. Un ejemplo, es la canción de “Tomorrow Never Knows” del disco Revolver en la que se habla sobre la experiencia del LSD.

Las investigaciones sobre el LSD continúan en el mundo, pues a pesar de ser ilegal sigue intrigando a miles de personas y científicos que aún buscan comprender sus efectos, riesgos o beneficios.

hippie

“Creo que todo debería estar disponible para todos, quiero decir LSD, cocaína, codeína, hierba, opio, las obras. Nada en el mundo disponible para todos debería ser confiscado y convertido en ilegal por otros hombres de posiciones más poderosas y ventajosas. Más veces, la Ley Democrática funciona en beneficio de los pocos a pesar de los muchos han votado; esto, por supuesto, se debe a los pocos les han dicho cómo votar. Me canso de moralidades del siglo 18 en una era espacial atómica del siglo 20”. –Charles Bukowski

Aquí un documental sobre Hofmann y su descubrimiento del LSD.

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Referencias:

 

[1] This Floundering Old Bastard is the Best Damn Poet in Town, interview by John Thomas in LA Free Press (1967).

Algarabía

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