Hasta hace pocos días, muy cerca del aeropuerto de Heathrow en Londres, se podía ver a hombres somalíes pasándose cajas de cartón y dinero, de una a otra mano, dentro de un almacén.
En la escena, digna de un mercado de Mogadiscio, lo que estaba en venta era una planta llamada khat, miraa o -más poéticamente- “té de los árabes”. Y no se verá más.
A partir de este martes 24 de junio la planta es ilegal en Reino Unido. Quien sea hallado con khat para consumo personal podrá ser multado el equivalente a algo más de US$100 y quien sea considerado un “distribuidor” podrá ser sentenciado a hasta 14 años de prisión.
Ahora se considera una droga clase C (junto a anabólicos y benzodiacepinas), según la escala que utiliza Reino Unido (en la A están, por ejemplo, la heroína y la cocaína; en la B, las anfetaminas, el cannabis y la ketamina), a pesar de que asesores del gobierno recomendaron no darle una clasificación.
La mayor parte de los países del norte de Europa, así como otros miembros de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá ya habían prohibido la sustancia.
Quienes la utilizan aseguran que los hace sentir más alertas, felices y conversadores. Pero hay preocupaciones sobre los efectos que puede tener sobre la salud.
Quiénes usan kaht
El khat es un arbusto de hojas perennes, que tiene un leve efecto estimulante, que en Reino Unido se suele utilizar en hogares, eventos comunitarios y cafés de khat.
Según un comité parlamentario británico, en Reino Unido lo usan unas 90.000 personas, principalmente de las comunidades somalíes, aunque también se consume entre las colectividades yemenitas y etíopes.
Quienes lo consumen tienden a usar entre uno y dos manojos por cada sesión, que dura entre cuatro y seis horas.
En las principales áreas donde se produce, en Kenia, Yemen and Etiopía, masticar khat es visto como una ayuda para la contemplación religiosa y como medicina.
Qué efectos tiene
Los dos principales estimulantes que se encuentran en la planta de khat tienen un efecto algo menos fuerte que las anfetaminas.
Puede causar insomnio y confusión temporaria.
Tras mascar sus hojas por algunas horas los usuarios dicen sentirse relajados.
Problemas de salud
Se cree que la droga puede empeorar problemas mentales preexistentes y provocar sentimientos de ansiedad y agresividad.
También puede inflamar la boca y dañar los dientes, y existe la sospecha de que pueda estar vinculado a problemas hepáticos y cáncer de boca.
Sus propiedades adictivas son semejantes a las de la cafeína.
El negocio
Entre febrero de 1998 y su prohibición en Reino Unido este mes, la planta de khat estuvo clasificada como “droga estimulante” por las autoridades fiscales británicas, por lo que pagaba un impuesto al valor agregado del 20%.
En 2011/2011 se importaron 2.560 toneladas de khat a Reino Unido, por un valor de US$23,5 millones, y por las que se que pagaron US$4,75 millones en impuestos.
Según cifras de las autoridades impositivas, las importaciones de khat vienen cayendo desde 2005.
La mayor parte de khat que llega a Reino Unido proviene de Kenia. Aunque por las características informales de su producción hacen difícil tener datos precisos, un informe presentado en el parlamento británico señala que unos 500.000 kenianos dependen de su cultivo y que la planta, que es distribuida en 24 países, representa el 1% de las exportaciones de Kenia.
Hasta ahora los principales importadores de khat de Kenia eran Reino Unido, Somalia, Nueva Zelanda y Japón.
Fuente: panoramasnews.com