Cruzar cannabis con alcohol es una práctica bastante común, especialmente en noches de fiesta —siendo estas dos sustancias las más utilizadas recreacionalmente junto con el tabaco. Esta combinación es parte de la cultura popular y tiene diferentes apelativos. En Estados Unidos se habla de estar “cross-faded” (algo como “entre-diluido”); en México el estado suele llamarse “pachipeda”, y en otros países seguramente también existe un término particular.
Aunque la ciencia ha estudiado mucho los efectos de ambas sustancias, su combinación no ha sido objeto del mismo interés científico. Sabemos que ambas sustancias son muy diferentes: la marihuana contiene THC, el cual actúa sobre los receptores cannabinoides del cerebro. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Una forma simple de explicar las diferencias es que el THC tiene efectos sobre todo cognitivos, como paranoia y una dilación temporal, mientras que el alcohol afecta sobre todo los efectos motrices, haciendo que sea difícil caminar en línea recta o articular las palabras —aunque también genera una relajación asociada con el neurotransmisor GABA.
Sin embargo, esta diferencia no impide que, al combinarlos, los efectos individuales se potencien. Un estudio realizado por Scott Lukas de la Universidad de Harvard muestra que las personas que bebieron dos o más copas de alcohol y fumaron marihuana reportaron un nivel de THC en el plasma sanguíneo de casi el doble que el de personas que sólo fumaron marihuana. Las personas que bebieron también notaron más rápido el efecto de la marihuana —es posible que el alcohol modifique las arterias de tal forma que se incremente la absorción del THC inhalado.
No existen riesgos de que esta combinación pueda causar una sobredosis sinergística; sin embargo, el hecho de que más THC entre al cerebro hace que algunos efectos característicos de la marihuana aumenten, lo cual podría causar más accidentes automovilísticos que los que normalmente ocurren cuando sólo se bebe alcohol o se fuma cannabis.
Otro estudio realizado con ratas mostró que la combinación de etanol y THC afecta la memoria más que cuando se les dosificó con estas drogas de manera individual.
La combinación de alcohol y marihuana puede ser una forma rápida y fácil de obtener un high, pero quizás sea también una forma poco fina, más una distorsión o un embotamiento, que una pista de lucidez para navegar la realidad. Aunque claro que los gustos varían y sobre todo en este caso, porque los cerebros y los cuerpos son distintos y algunos disfrutarán de este combo como mandado a hacer para ellos.