Kristinn Hrafnsson, director de WikiLeaks desde 2017, fue investigado en la instrucción estadounidense que abocó en la petición de extradición de Julian Assange.
Al periodista islandés no le sorprendería encabezar ahora la lista de reclamados, pero, según señaló a Sputnik, evitará que le apresen en Reino Unido porque desconfía de la Justicia británica.
«Me conviene no estar en este país si se emite la reclamación de extradición porque dudo que pueda obtener justicia en Reino Unido», recalcó en una entrevista en Londres.
Hrafnsson asegura que tanto él como sus colegas de WikiLeaks, Sarah Harrison y Joseph Farrell, aparecen en la «misma investigación que imputó a Julian y bien podríamos ser los siguientes» en el punto de mira de la administración estadounidense.
«No confío en el sistema judicial británico, lo he visto fallar completamente en el caso de Julian Assange», agregó enfurecido.
Denuncia la experiencia judicial y penitenciara de su amigo australiano, que está afrontando el proceso de extradición encerrado en Belmarsh, el llamado «Guantánamo inglés», bajo severas condiciones para su situación de arresto preventivo y con limitado acceso a sus abogados.
La magistrada Vanessa Baraitser, que preside el caso en primera instancia, trasladó el juicio del tribunal de Westminster al de Woolwich, que está anexo a la misma cárcel de Belmarsh.
«Se está celebrando en la sala de un juzgado básicamente terrorista, junto a una cárcel de máxima seguridad, y con Julian Assange forzado a sentarse en un cubículo de cristal como si fuese un terrorista peligroso o un criminal violento», protestó.
Hrafnsson se desesperó en las audiencias iniciales porque, según explicó, el abogado que representa a EEUU, James Lewis, «tiró por la borda» una cadena de «argumentos apabullantes de la defensa de Julian que deberían ser suficientes para desechar el caso».
«Pero no me sorprende porque en el caso de Julian se han roto todas las leyes, regulaciones, normativas, cortesías… y no hay ninguna consideración para lo que esencialmente llamamos el cimiento de la sociedad civil», dijo.
Critica particularmente el alegato del abogado fiscal en rechazo del Tratado de extradición entre EEUU y Reino Unido, que excluye la entrega por delitos políticos.
Lewis instó a la jueza a no tener en cuenta dicho tratado internacional porque no se incorporó a la ley británica de Extradición vigente desde 2013.
«Es extraordinario, una farsa, y sospecho que el caso se remitirá hasta el Supremo británico», explicó a esta agencia.
No espera, por tanto, avances en favor de Assange en la segunda parte del juicio, que está prevista de reanudarse durante tres o hasta cuatro semanas a partir del 18 de mayo.
«No he visto nada positivo en la actuación de la jueza que me diga que podemos esperar una decisión justa; está muy atenta a los argumentos de la Fiscalía y presta menos atención a los de la defensa; esto es lo que dice su lenguaje corporal», interpretó.
Hrafnsson reconoce que será difícil ganar la partida en este tribunal de primera instancia.
«Los jueces de la corte de magistrados no suelen tomar decisiones radicales, sino que tienden a refrendar lo que les presenta el gobierno o el abogado de la Fiscalía».
Algunos expertos sugieren que el caso Assange concluirá en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, si los jueces británicos consienten la extradición a Estados Unidos del periodista, exdirector y fundador de un medio alternativo de comunicación.
Fuente: Sputnik
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