El 15 de marzo de 2020 se nos anunciaba que las clases escolares, técnicas y universitarias se suspendían debido a casos de covid-19, el hasta ese momento enigmático virus, del que se sabía su existencia solo debido al acelerado avance de contagios en otros países, iniciados en diciembre de 2019. Pero hasta entonces, el letal y contagioso virus era para Chile y sus autoridades algo fuera del mapa, un suceso que se desarrollaba a millas de distancia en países lejanos totalmente ajenos a esta parte del mundo… que visión más limitada.
En marzo el covid ya era una realidad en Chile. Los contagios de viajeros/as que venían de vuelta de sus vacaciones no se hicieron esperar y se había realizado incluso la multitudinaria marcha del 8 de marzo. Pese a todo esto, en marzo de 2020 el covid era una realidad frenable. Pero, así como la mayoría de políticas y decisiones de este gobierno, la ayuda llegó tarde y escueta. Tarde llegaron los anuncios sobre suspensión de actividades educativas en aulas, y tarde y mal implementadas llegaron las cuarentenas.
Hoy 30 de abril, a más de un año, han muerto muchos compatriotas por el covid-19. Hay países que han hecho mejor trabajo que otros, pero Chile por desgracia está en la lista de los malos. Hoy, con una huelga general sanitaria de distintos gremios y organizaciones sociales, con las demandas por las malas políticas sanitarias -que ha llevado este gobierno sin tener ningún pudor ni miramiento-, con la creciente cesantía, inseguridad laboral, contagios en alza, y con vacunas de las que todavía desconocemos 100% sus resultados, la situación no puede seguir así.
¿Qué pasa con los cuidados y la seguridad sanitaria? Es una de las interrogantes que nos hacemos. El colegio de Profesores ha sido un ferviente opositor al regreso a clases y hoy le solicita la renuncia al ministro de Educación que insiste en que hay que volver a las aulas.
Algunas comunas a partir de este jueves vuelven a fase 2. Se abren los mall, que probablemente se llenarán por el día de la madre. Siempre este gobierno inepto velando por lo económico. Somos un país rico en recursos naturales, de los cuales una gran parte pertenece a manos privadas. Sale de nuestro país el material en bruto, exportamos cobre pero compramos los productos que con él se fabrican. Todo está privatizado, no tenemos manufactura, no producimos, solo extraemos y compramos a potencias extranjeras lo producido con nuestra extracción.
Es el momento de terminar con este sistema Neoliberal. Este 15 y 16 de mayo votemos todos y todas, derribemos este sistema que solo trae pobreza a la gran mayoría de la población y riqueza solo al 1 %. El mismo 1% que no ha hecho más que enriquecerse con la pandemia, aumentando sus ganancia en un 70 %. ¿Qué son estas cifras sino la expresión más tangible de la injusticia? Pero luego, los mismos ricos de siempre, dicen que no lo «vieron venir».
Vamos por esta nueva constitución, que debe ser escrita por todos y todas, las y los constituyentes deben ser de los movimientos sociales, respondiendo a demandas ciudadanas, como la levantada por la Coordinadora No + AFP, que lucha desde hace años por restituir la Seguridad Social.
Hoy la Huelga General Sanitaria es un llamado de atención para el Gobierno. ¡Basta ya de tomar el bienestar y salud del pueblo como si fuera un chiste! Exigimos soluciones, soluciones urgentes y verdaderas. La crisis no la seguirán costeando las y los trabajadores. El pueblo de Chile no es sacrificable.