Este domingo 25 de octubre Chile vivirá una jornada histórica, ya que a través de un nuevo plebiscito los ciudadanos decidirá si la Constitución de 1980, redactada y aprobada bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet, seguirá o no siendo la Carta Magna del país.
Será la primera vez que se le consultará al pueblo si quiere o no una nueva Constitución. De este modo, casi 15 millones de personas están llamadas a responder «apruebo», dando luz verde al proceso constituyente o «rechazo», dejando a la reformada Constitución de 1980 vigente.
Las tres Constituciones que han regido en Chile a partir de 1833 han sido diseñadas por comisiones, por lo que de ganar el «apruebo», también será la primera ocasión en casi dos siglos que el país encomienda esta tarea a un grupo colegiado que haya sido electo por votación popular.
«Chile despertó»
El plebiscito -inicialmente programado para el 26 de abril, pero postergado por la pandemia de COVID-19- es resultado de las jornadas de movilizaciones y protestas que sacudieron el país en octubre de 2019 para exigir cambios en materia política, económica y social.
En medio de la fuerte represión, las fuerzas populares se mantuvieron en pie y saliendo a las calles del país, bajo consignas como «Chile despertó» o «Hasta que la dignidad se haga costumbre».
Como parte del estallido social, los ciudadanos denunciaron que la Constitución de 1980 representaba uno de los frenos para los avances que demanda Chile, por lo que exigieron una reforma.
A raíz de la revuelta popular, se llevaron a cabo una serie de negociaciones en las que se sentaron a la mesa los principales partidos políticos, a excepción del Partido Comunista. Tampoco hubo participación de los representantes de trabajadores ni de sectores populares.
Estas negociaciones llevaron a que durante la madrugada del 15 de noviembre se firmara el denominado“Acuerdo Por La Paz Social y la Nueva Constitución”.
Dicho acuerdo estableció tres puntos fundamentales. En primer lugar, se anunció un llamado a plebiscito para decidir si se reformaba o no la Constitución de 1980. En segundo lugar, se estableció que en el propio plebiscito, se decidiría si la eventual nueva Carta Magna la redactaría una Convención Constitucional o una Convención Mixta. Y por último se determinó que de redactarse una nueva Constitución esta debería ser sometida a un nuevo plebiscito, con voto obligatorio, para su ratificación.
Millones se expresarán a través del voto
Luego de cumplirse un año de la revuelta popular en la que “Chile despertó”, este domingo se espera que millones de personas se expresen a través del voto en el Plebiscito Constitucional.
Al acudir a los locales de votación, los ciudadanos deberán responder dos papeletas.
«¿Quiere usted una Nueva Constitución?», preguntará la primera cédula. Las opciones serán «apruebo» o «rechazo».
Independiente de si votan «apruebo» o «rechazo», los y las votantes deberán elegir qué tipo de órgano debería hacerse cargo de la formulación de la nueva Carta Magna.
¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?», se leerá en la segunda papeleta. Las opciones son: «convención mixta constitucional (integrada en partes iguales por miembros elegidos popularmente y parlamentarios o parlamentarias en ejercicio)» o «convención constitucional (integrada exclusivamente por miembros elegidos popularmente)».
De ganar el «apruebo» y la «convención mixta», el Congreso Nacional elegirá en forma interna 86 personas en el Parlamento para redactar la nueva ley fundamental de la nación. Otros 86 cupos se dividirán en forma paritaria en una elección directa.
De ganar el «apruebo» y «convención constitucional«, no participarán representantes del Congreso y se escogerán 155 representantes, mitad hombres y mujeres, a través de elección directa. De ganar esta alternativa, se trataría del primer caso en el mundo en el que un órgano paritario estará a cargo de redactar una Constitución.
En ambos casos, se contempla una cuota de escaños reservados a pueblos indígenas. Aunque hasta la fecha el Congreso no ha definido cuántos ni cómo se elegirán, lo que ha despertado críticas entre los actores políticos y en el seno de los pueblos originarios.
De ganar la opción «apruebo», los ciudadanos deberán volver a las urnas el 11 de abril de 2021, para elegir a quienes integrarán ya sea la convención mixta o la constituyente, según el resultado del plebiscito.
En cualquiera de sus dos formas, la convención que redacte la nueva Carta Magna se constituirá en mayo de 2021.
El acuerdo establece que la aprobación del proyecto de Constitución requerirá del apoyo de las dos terceras partes del quórum, por lo que sólo las normas aprobadas por 2/3 de sus integrantes se incluirán en la nueva Carta Magna. Si no hay acuerdo en una materia, ella se regirá por una ley regular.
El texto final que redacten los integrantes de la convención será sometido a un «plebiscito de salida» o ratificatorio, con voto obligatorio, que se realizará 60 días después de su elaboración, durante el segundo semestre del 2022.