“Trabaja la mente, es lo único que deberías de controlar, porque si no puedes controlar tus pensamientos estarás en problemas por siempre”.
Según la tradición hindú, el cuerpo del ser humano se mantiene en equilibrio con la mente y con todo el entorno a través de puntos específicos donde se concentra la energía. El flujo positivo está completamente relacionado con las acciones y decisiones que una persona toma durante su vida, de forma que todos los sentimientos, estados de conciencia y pensamientos pueden controlarse a través de los centros energéticos, conocidos como chakras.
Los chakras son siete e interactúan con el cuerpo, cada uno asociado a una glándula endocrina. Funcionan a través de la regulación del flujo de energía de la persona en cuestión. Cada uno de ellos se concentra en distintos sentimientos y partes del cuerpo, de forma que se puede representar un mapa de la conciencia por medio del físico.
Primer Chakra (Muladhara)
El chakra principal está asociado con el color rojo y su elemento es la tierra. Se ubica en el perineo, el sitio anatómico entre el ano y los órganos sexuales. También conocido como chakra raíz, regula la fuerza entre la conexión entre cuerpo y mente, también la vinculación con la Madre Tierra. Es la base de la salud y el equilibrio mental.
Para abrir este chakra, es necesario acercarse a la naturaleza y sentir el equilibrio que otorga en toda su sabiduría. Un paseo por el parque, un fin de semana fuera del bullicio de la ciudad en un campamento o una escapada a un sitio lleno de vegetación son las mejores opciones. El objetivo es relajarse y meditar sobre los beneficios y todas las posibilidades de vida que tiene el planeta. Desde los más pequeños organismos hasta los enormes árboles y todos los tipos de seres vivos que cohabitan en armonía en un ciclo perfecto. Siéntate en el suelo, descálzate y siente toda la energía que la vida tiene para darte.
Segundo Chakra (Svadhisthana)
Este chakra está relacionado con la sexualidad y el agua. Su color es el naranja y de él depende la creatividad, la expresión libre de la sexualidad, la sensibilidad y la fertilidad. Este chakra conecta al cuerpo con el Universo de forma que estimula la liberación interior. El agua es el elemento que mantiene todo fluyendo, purificado y en calma.
Los métodos más utilizados para abrir este chakra son aquellas actividades que crean vibración, sonidos suaves y equilibran el espíritu. Se distingue por su identificación con la vocal “o”, que está íntimamente relacionada con el asombro y la capacidad de maravillarse por la vida. Escuchar el agua corriente de un arroyo o río, así como los sonidos de la naturaleza, además de cristales como la piedra de la luna, promueve la apertura de este centro energético.
Tercer Chakra (Manipura)
Manipura es el chakra que corresponde al fuego, por eso su color es el amarillo. Físicamente se relaciona con el sistema digestivo y el páncreas, además de la desintoxicación de la sangre y la plena absorción de los nutrientes, mientras que mentalmente se vincula con la voluntad, la plenitud y la generosidad. Su apertura genera armonía y equilibrio con el entorno.
Su papel es preponderante porque es el centro energético del cuerpo, por eso es necesario mantenerlo siempre abierto y dispuesto a afrontar nuevos retos. Para lograrlo se debe conservar la alegría y frescura en cada una de las actividades cotidianas por más simples y triviales que parezcan. Si algún hábito te parece aburrido, cámbialo y no te dejes influenciar por la fatiga ni la rutina. El punto es estar siempre abierto a lo nuevo y satisfecho con lo que tienes actualmente.
Cuarto Chakra (Anahata)
El chakra del corazón está identificado con los colores rosa y verde. La función de este centro energético es mantener saludable el sistema respiratorio y la piel, mientras que su manifestación mental se refiere al amor en todas sus variantes, especialmente con la colectividad, a diferencia de los tres chakras anteriores que se basan más en la reflexión interior.
La clave para mantener este chakra en equilibrio es desarrollar un nivel de conciencia de igualdad entre todos los individuos del entorno, tanto de la especie como de otras formas de vida en la Tierra. El amor es un sentimiento creador y que potencia la alegría, la dicha y las ganas de vivir. Meditar acerca del odio y dejar ir los resentimientos, además de perdonar, son acciones necesarias para motivar la energía del centro del pecho hacia todo el cuerpo y la mente.
Quinto Chakra (Vishuddha)
El oído y la garganta son órganos relacionados con este chakra espiritual. Su color es el azul, especialmente el turquesa y las tonalidades más claras. En la práctica hindú, su elemento es el éter, una composición integrada por los cuatro elementos básicos (agua, tierra, aire y fuego). El sentido de la trascendencia es innato y requiere de una fuerte conexión entre el ser físico y espiritual.
El autoconocimiento es la mejor forma para abrir los canales energéticos del chakra de Vishuddha. La meditación permanente y el contacto con el alma propia, así como la aceptación de los hechos y la historia personal, los vínculos que se forman entre familia y seres queridos o todas aquellas relaciones en donde se involucran prejuicios, deben ser purificadas con una energía renovada que implique la aceptación de otros saberes, distintas formas de pensar y de actuar.
Sexto Chakra (Ajna)
También conocido como el chakra del tercer ojo, esta válvula de energía se ubica inmediata a la glándula pineal y está poderosamente relacionada con el cerebro, además del ojo derecho. Es multisensorial, lo que significa que no sólo depende ni se expresa en un solo sentido, sino en cada uno de los que conforman la visión humana del entorno. Es el centro de percepción de la realidad.
Para tener un control completo sobre el poder de la mente, es necesario abrir y mantener un equilibrio en el Ajna. Esto se logra únicamente con el desarrollo integral de los pensamientos y las emociones. Encauzar correctamente cualquier desviación en el nivel de bienestar es un acto necesario para conseguir la trascendencia espiritual. Aprender a mirar más allá, olvidar los bienes terrenales y las apariencias son formas para abrir este circuito energético y utilizar toda su potencialidad.
Séptimo Chakra (Sahasrara)
El último de los canales de energía corresponde enteramente al pensamiento, al poderío mental de la sabiduría y la plenitud que trae consigo. Sus colores son el violeta o blanco. Es el final del camino, el punto que regresa al inicio del ciclo de la vida. La iluminación y una forma de conciencia que une a cada organismo vivo con el Universo y viceversa, es la razón de ser de este chakra.
El nivel de conciencia más elevado en el que coinciden el yoga y distintos saberes orientales es el camino de la luz de Sahasrara. La conciencia se torna conciencia universal, única e indisoluble. El estado de armonía plena se experimenta a través del equilibrio de los seis chakras anteriores, además de la comprensión de la fuerza espiritual que gobierna todas las cosas. Una vez alcanzado el equilibrio de esta energía, se alcanza la unión con el infinito y se cumple un equilibrio perfecto entre cuerpo y mente.
Para alcanzar el estado de felicidad y plenitud, es válido poner en práctica cualquier filosofía o principio de meditación, que en muchos casos se complementan y representan saberes milenarios que pueden ser ignorados por la sociedad, que cree que se trata de un culto extraño que no tiene una aplicación práctica en la vida. Si quieres mejorar tu vida en todos los aspectos