El Nuevo Partido Democrático de Canadá este lunes, envió una carta al primer ministro Justin Trudeau, donde manifiesta que presentará ante la Cámara de los Comunes una moción en solicitud de una disculpa del Papa Francisco por el mal papel de la iglesia Católica en las escuelas residenciales indígenas en esa nación.
La misiva enviada por los diputados Romeo Saganash y Charlie Angus destaca que en Canadá no puede existir renovación y reconciliación de forma completa en esta Pascua, sin la disculpa del Papa.
Los parlamentarios exigieron a Trudeau que apoye la propuesta, al tiempo que, exhortaron a la Iglesia a entregar toda la documentación relacionada con los centros educativos.
El pasado 27 de marzo fue publicada una carta de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos, donde se manifiesta que el Sumo Pontífice no evita reconocer las injusticias experimentadas por los pueblos originarios en el mundo, pero no puede disculparse personalmente por las escuelas residenciales.
Gendron informa que el Papa no descarta una visita a Canadá e invita al arzobispado, seguir trabajando con las comunidades indígenas en el proceso de reconcilación y demás planes que conlleven a la curación.
Por su parte, Trudeau se mostró decepcionado al conocer la postura de la iglesia Católica: “La reconciliación no solo es una cuestión entre el gobierno y los pueblos indígenas, sino que también debe involucrar a actores no gubernamentales”.
Genocidio cultural
Más de 150 mil niños y jóvenes de comunidades originarias fueron sacados de sus hogares familiares y enviados a pensionados, dirigidos por comunidades religiosas que obligaban a los étnicos a aprender las costumbres y prácticas de los blancos. Además, prohibían el uso de sus lenguas y tradiciones autóctonas.
Según el informe, unos 3 mil 200 niños murieron, la gran mayoría antes de la década de los cuarenta, a causa del virus de tuberculosis.
Las condiciones de insalubridad e inhumanas conllevaron a un índice de mortalidad que era mayor al resto de la población. El informe de la Comisión califica lo sucedido como un genocidio cultural.