Pamela Palenciano es una española que durante su primera relación, sufrió violencia machista por parte de su pololo. Actualmente tiene 33 años y ha sabido darle la vuelta a su experiencia y su dolor de un modo diferente al de todas las historias que podemos conocer a través de medios y redes sociales: Pamela cuenta su experiencia a través de un monólogo humorístico -marcado por la ironía- donde narra los momentos más duros de su vida.
La joven cuenta su experiencia bajo el título «No sólo duelen los Golpes»
«Todo comenzó desde el minuto 1 en que empezamos a salir, pero yo no lo veía. Me hubiera encantado que alguien me hubiera dicho a tiempo que eso no era normal… Desde la primera semana todo eran ‘sugerencias’. Yo decía ‘vamos con mis amigas’ y él me decía que mejor nos quedásemos los dos. A mi me parecía una forma de pasar más tiempo juntos. Me decía ‘no te pongas esta falda que todos te miran y yo lo paso mal porque pienso que me vas a dejar por otro’. Yo hacía taekwondo y él me decía que los otros chicos me agarraban y me tocaban las tetas sin que yo me diera cuenta»
Entonces Pamela dejó de usar faldas y de juntarse con sus amigos
«…te gusta que te miren y dejarme a mí como una mierda…A los ocho meses tuvimos una gran discusión porque me reí con sus amigos de unos chistes y él me acusó de estar tonteando con un amigo suyo».Terminamos. «La primera vez que te faltan al respeto debe acabarse todo», dice hoy Pamela. Pero su pololo le pidió perdón al día siguiente. Y volvieron.
A partir de ahí la relación entró en un círculo vicioso que Pamela llama telaraña.
«La telaraña tiene tres fases: acumulación de tensión, explosión y luna de miel». A cada «delante de todos mis amigos, me das asco» le seguía un «no te pongas así». A «cada pelea, una reconciliación».
«Te agarras a ‘yo voy a cambiar esto y él va a cambiar por mi’. A las mujeres nos educan para que sintamos que nuestra capacidad amorosa puede reconducir la agresividad masculina»,
Pamela, confiesa que una de las situaciones que más dolor le generaban eran lo que denomina «silencios asesinos» de su novio.
«—¿Por qué me llamas puta delante de todos tus amigos?
Silencio.
Callado, de brazos cruzados.»
Pamela cuenta que a pesar de que ella le decía varias veces que no estaba preparada ni segura, él le insistió hasta conseguirlo…»Del «vamos a hacerlo», pasó a «cuando dos personas se quieren, los cuerpos se juntan», y finalmente al «pues yo con la otra sí lo hacía»»
«…lloraba y le pedía que parase mientras él me penetraba y me susurraba que me amaba. Me violó ‘con todo el amor del mundo’…Una no quiere nunca admitir que se ha enamorado de un monstruo»
«…Las mujeres aprendemos a esperar. Además de novias, tenemos que hacer de psicólogas. En nosotras cala el ‘porque te quiero, me quedo esperando a que cambies'».
A los 18 años Pamela quería estudiar Comunicación Audiovisual para poder dedicarse a hacer radio. Así reaccionó su novio:
«Si me dejas por la radio, te mato».Él intentó matarla dos veces. Ella finalmente lo dejó y cambió de ciudad.
«A las mujeres los hombres nos matan, o lo intentan, cuando nosotras le ponemos fin, cuando los hombres sienten que de verdad nos pierden».
«…Estuve tres años sin vida, sin querer tener relaciones, me daba miedo enamorarme… Lo tenía bloqueado todo hasta que un día un portazo del novio de una de las chicas con las que compartía casa hizo que sacara todo hacia fuera.»
Fue entonces cuando le contó su oscura historia a sus amigas, a la psicóloga y a si misma.»Mi psicóloga fue quien me dijo ‘Pamela, no solo duelen los golpes’«
El espectáculo, que se llama “No sólo duelen los golpes” y aquí puedes ver un fragmento:
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