Durante la misa dominical, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, se pronunció en contra del aborto, al señalar que la interrupción del embarazo forma parte de una “cultura de la muerte”.
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El líder católico en la entidad llamó a los feligreses a respetar la vida humana desde “la concepción hasta la muerte”, bajo el argumento de que toda persona, incluyendo al que “está por nacer”, tiene derecho a vivir.
“Es preciso, hacer nuestra, la opción por la vida, y no por la muerte, tenemos como cristianos que optar por la vida desde su concepción hasta su muerte natural; es la misma dignidad del que está por nacer que el ancianito que está en fase terminal”
Víctor Sánchez Espinosa
Arzobispo de Puebla
Compara aborto con crímenes
Sánchez Espinosa comparó la práctica del aborto con los diferentes tipos de violencia que padece la sociedad, como la delincuencia, la explotación y el crimen organizado.
“Pero también hay otro tipo de muertes, lo que el Papa llama: la cultura de la muerte, que se manifiesta en los escenarios que estamos viviendo de violencia, delincuencia, crimen organizado, de aborto, de hambre, de injusticia, de explotación, y de pisotear los derechos de los demás”
Indicó que “Dios” es el único que puede disponer de la vida, al mismo tiempo que criticó que en varias ocasiones el feto o el embrión sea llamado “producto”.
“La vida nos la da Dios y sólo él dispone de nuestra vida. No podemos decir: este producto o que este ser humano no va de acuerdo a mis proyectos y hay que descartarlo, esa es la cultura de la muerte, del descarte”
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Repican campanas
El pasado viernes 24 de marzo, los templos católicos de Puebla replicaron propaganda en contra de que se despenalice la interrupción del embarazo, que actualmente se castiga con cárcel de seis meses y hasta por tres años.
En iglesias, como la del barrio de La Luz, ubicada en la capital poblana, se colocaron lonas con la leyenda «Reza por el fin del aborto«, como parte del programa «40 días por la vida«.
La iglesia católica impulsa una campaña de «rezo y ayuno» para «salvar vidas«, ya que considera que la interrupción del embarazo implica «muerte».