Brasil quedó en estado de choque tras conocerse el caso de una joven de 16 años que fue violada por 33 hombres en una favela en Jacarepaguá, en la zona oeste de la capital, Río de Janeiro.
La agresión se conoció por un vídeo de unos 40 segundos subido en las redes sociales donde aparecía la víctima inconsciente, desnuda y sangrando en medio de la calle mientras varios hombres, entre ellos quien estaba registrando la brutal escena, se burlaban.
La mujer explicó que no recuerda nada de lo que pasó pero que cuando el domingo despertó, se encontró desnuda y drogada en la cama de una habitación con 33 hombres, algunos de ellos armados.
La policía civil de Río abrió una investigación y está buscando a cuatro hombres de entre 18 y 41 años, presuntamente implicados en el delito, entre ellos el pololo de la joven.
La joven, que tras pasar cinco días desaparecida fue llevada por un vecino a su casa el miércoles, se encuentra «estable y bajo revisión médica», según la Comisaría de Represión de Crímenes en Internet.
Reacciones
La indignación por los hechos se ha expresado a todos los niveles. La presidenta, Dilma Rousseff, ahora apartada de su cargo, ha pedido enérgicamente que «los responsables de la barbarie sean identificados y castigados».
Presto minha total solidariedade à jovem, menor de idade, estuprada por vários homens no Rio de Janeiro.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 26 de mayo de 2016
Além de cometerem o crime, os agressores ainda divulgaram fotos e vídeos da vítima, desacordada, na internet. Uma barbárie.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 26 de mayo de 2016
Mais uma vez reafirmo meu repúdio à violência contra as mulheres. Precisamos combater, denunciar e punir este crime.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 26 de mayo de 2016
En las redes sociales, a través del hashtag #EstuproNuncaMais (violación nunca más), se ha canalizado la rabia y el malestar de la opinión pública, que más tarde conoció que el mismo día que ocurrió esta denigrante agresión, otro caso de violación colectiva se registró en el país.
Una adolescente de 17 años fue abusada por cinco hombres, entre ellos cuatro menores de edad, en la ciudad de Bom Jesus, en el Piauí, un estado que el año pasado ya registró otro caso de agresión sexual colectiva.
Frente a la alarma que estos casos han disparado, Naciones Unidas mostró su preocupación y alertó del uso de la «droga de la violación», utilizada en toda América Latina.
Según el Anuario Brasileño de Seguridad Pública, cada año se comenten -muchas veces impunemente- una mediana de 50.000 violaciones, es decir, una agresión sexual cada 11 minutos.