Mujer perdida: Cuando preguntas por el camino, no te sorprendas si alguien cree que quieres vender sexo: la RAE señala que puede ser así.
Mujer del arte, mujer pública, mujer del partido, mujer de punto, mujer mundana y una mujer perdida son todas prostitutas, si uno cree las sugerencias de la Real Academia Española, responsable del diccionario donde se destaca estas definiciones como ejemplos de uso de la palabra “mujer”. La RAE reclama estatus como “una institución con personalidad jurídica propia que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico.” Parece un chiste.
Los ejemplos que proveen la RAE, de cómo podemos usar la palabra “mujer” ni siquiera calzan con una perspectiva del mundo de los años 50. La misoginia que muestran los ejemplos parecen sacados de otro mundo, o por algún artista del siglo XIX con graves problemas en la relación con su madre.
Mujer del arte: Si estás mostrando tus cuadros en una galería y alguien quiere comprar tus servicios sexuales en vez de tus obras – no te sorprendas.
También es sorprendente la distinción que hace el diccionario entre una mujer escritora y una mujer pintora. Una “mujer de letras” es una persona de sexo femenino que “cultiva la literatura o las ciencias humanas”, mientras que una “mujer del arte” es simplemente una prostituta.
Claro que los ejemplos de la RAE son “ejemplos” no más, y uno puede interpretar el adjetivo “perdido” como describiendo a una persona que ha perdido su camino en la vida, pero esto no significa que una mujer perdida vende su cuerpo para fines sexuales. Sin embargo, los ejemplos constituyen una indicación de cómo se debe usar las palabras, y como resultado de eso, la manera en que se considera una mujer con esas características. Y como si no fuera suficiente la cultura común de tildar a las mujeres como prostitutas solo por tener relaciones sexuales (demasiado temprano en la vida, con la persona “equivocada”, sin estar enamorada, sólo por su placer, o con varias personas), la RAE lo encontró necesario señalar, además, que las mujeres que no se quedan en la casa, fuera de la esfera pública, son vendedoras de sexo.
Mujer pública: Si eres una figura pública de sexo femenino también puede ser que eres prostituta.
Una mujer mundana es la “que atiende demasiado a las cosas del mundo, a sus pompas y placeres” o simplemente “perteneciente o relativa al mundo”, también se puede argumentar que mundano es algo vulgar, sin embargo, vulgar no es sinónimo a “prostituta”. Las definiciones de una mujer “del partido” y “de punto” parecen bastante necesarias, no es muy claro lo que es una persona o una mujer así.
El diccionario da “prostituta” como ejemplo de lo que es una mujer pública. Las personas de sexo femenino que son públicas, según la definición de “público” de la RAE, serían entonces las mujeres conocidas “por televisión, radio, periódicos o por otros medios.” Interesante es la comparación con la “mujer de casa”, quien con “diligencia se ocupa de los quehaceres domésticos y cuida de su hacienda y familia.” También, en comparación con la definición del “hombre público” como alguien que “tiene presencia e influjo en la vida social” la definición de una mujer pública se vuelve aún más absurda.
Ya es hora de actualizar la “biblia” del castellano, un diccionario fuera de lugar. Cabe destacar que ningún ejemplo en la RAE de como usar la palabra “hombre” viene con una sugerencia donde la persona de sexo masculino vende servicios de relaciones sexuales.