Para muchas mujeres resulta molesto caminar frente a una construcción, pues inmediatamente son víctimas de frases, palabrerías y piropos sexistas y desagradables que terminan siendo una forma más de acoso sexual callejero. Un tipo de agresión que, por cierto, en Chile tendrá una ley propia para regularlo después de que el pasado mes de abril la Cámara de Diputados aprobara en primer trámite un proyecto para sancionar las acciones de connotación sexual que provoquen humillación a la víctima en espacios públicos.
Cada vez hay más consciencia de ese tipo de actitudes. Una muestra más se refleja en un letrero que prohíbe el acoso sexual en las construcciones. La iniciativa surgió de una empresa inmobiliaria para que sus empleados respeten a las mujeres que transitan frente al lugar.
El gobierno peruano también tramitó una ley para prohibir el acoso sexual callejero en espacios públicos y obras en proceso de construcción. La multa por hacer caso omiso de esta normativa lega a los 3.950 soles, unos 800.000 pesos, y considera como acoso cualquier comportamiento físico y verbal de índole sexual contra otra persona, así como silbidos, gestos, invasión del espacio personal y seguimiento.