El vello corporal en las mujeres: ¿por qué es tan controversial?

El vello corporal es un indicador social y señala información a nuestro entorno sobre sexualidad, política e imagen corporal. Especialmente en las mujeres donde se trata con humor, horror o asco. Es hora de preguntarse por qué es tan controversial para una mujer dejar de depilarse (y mostrarlo en público) y para un hombre no.

El vello corporal en las mujeres: ¿por qué es tan controversial?

Autor: Sandra Segall

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Proyecto fotográfico «Belleza Natural» por Ben Hopper: modelos con vello corporal. 

Muchas niñas crecen creyendo que el vello corporal es poco atractivo y debe ser removido de todos lugares posibles al primer signo de crecimiento de un cabello. Al otro lado, los hombres no tienen que preocuparse por su vello corporal si no quieren (a menos que sea la barba por razones de códigos de vestimenta).

En toda la historia de los seres humanos, hemos sacado (o tratado de sacar) el vello corporal. A veces, por razones de salud o debido a las normas sociales. La eliminación del vello también puede ser un componente de creencias religiosas, las presiones sociales y la identificación política. Por ejemplo, muchas de las estatuas griegas de las mujeres en la antigüedad no tenían vello púbico, lo que sugiere que la falta de vellosidad era una especie de ideal de belleza femenina incrustada en la cultura occidental.

Originalmente, la campaña de las axilas afeitadas se inició en el año 1915, en la revista Harper’s Bazaar, una publicación dirigida a la clase superior. El primer anuncio presentó una fotografía de cintura para arriba de una mujer joven con sus brazos arqueados sobre su cabeza revelando axilas perfectamente sin pelos. El texto del anuncio destaca que «el vestido de verano y el baile moderno hace necesario la eliminación del vello objetable”.

Los años 40 trajeron faldas aún más cortas, medias más transparentes y el surgimiento de pin-ups de piernas largas (y depiladas) como las de Betty Grable, que causaron a las mujeres a afeitarse las piernas.

Sin embargo, el vello corporal en las mujeres es un asunto controversial, iconas internacionales como Madonna, Beyoncé y Julia Roberts han sido cubiertas por medios de comunicación sólo por sus axilas peludas. Los “incidentes” en eventos donde se pueden apreciar algunas axilas sin depilar, se denominan comúnmente con expresiones en el estilo de “Oh que vergüenza” o “Por favor acuerdense de afeitarse”. Esto muestra cuan polémico es el vello en lugares “inesperados” del cuerpo femenino. La cultura popular también demuestra cómo nuestra sociedad ve el pelo corporal de las mujeres y como el cuerpo femenino con vello se trata con horror o humor.

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El vello corporal femenino se trata con humor o horror en la cultura popular y en muchos medios de comunicación. 

Hay varias razones para debatir este tema, principalmente porque es un indicador social que se enfoca principalmente en la actitud de las niñas y mujeres. También porque forma parte de varias otras normativas sobre el cuerpo femenino, lo cual sigue siendo “atacado” por publicidad y sutiles reglas sociales.

Desde chicas, las niñas comúnmente sufren comentarios cuando empiezan a aparecer los vellos. El hecho de que tienen que aprender de diferentes maneras, que sus vellos son algo feo y vergonzoso fomenta una imagen corporal artificial, la cual señala que las niñas no son suficientes solo como son.

Además, el pelo corporal, como indicador social, señala algo a nuestro entorno sobre nuestras ideas políticas y nuestra sexualidad. Hoy en día, el pelo corporal es un identificador de género público y visible. Una mujer sin pelos en lugares “inesperados” se percibe como una persona heterosexual que se identifica como mujer (cisgénero). Al otro lado, una mujer cisgénero que deja crecer su vello axilar se percibe como alguien que no se ajusta a ciertas presunciones acerca de la apariencia femenina.

Muchas veces no se ve esto como una elección personal, sino como el resultado de una decisión basada en política (como por ejemplo el feminismo “radical”). Más bien, se supone que han fallado de alguna manera para comprender las expectativas básicas de presentación pública, especialmente si la mujer lleva un vestido lindo mostrando axilas levemente peludas.

No es sorprendente que mujeres lesbianas y bisexuales a menudo tengan experiencias diferentes con el vello corporal que las mujeres hetero-cisgénero o las mujeres trans. Mientras que el estereotipo de lesbianas sin afeitar seguro no se cumple para la gran cantidad de mujeres, muchas de ellas se sienten más libres al dejar crecer los vellos del cuerpo.

Este fenómeno fue destacado por la investigadora Breanne Fahs de la Universidad Estatal de Arizona tras un experimento llevado a cabo en uno de sus cursos. Fahs pidió que las estudiantes en su clase dejaran de afeitarse las piernas y las axilas durante diez semanas.

Algunos de los resultados del experimento son los que se esperaba. Muchas de las mujeres dijeron que estaban disgustadas con su propio cuerpo, y un número significativo dijo que se sentían “sucias”. Muchas de las participantes también fueron víctimas de homofobia e ira por parte de los miembros y amigos de la familia.

En un artículo publicado  por “Psychology of Women Quarterly”, Fahs declaró que las “Reacciones al vello corporal conllevan elementos de clase. Las mujeres de color y/o mujeres de la clase trabajadora mencionaron una mayor regulación familiar sobre el vello corporal y más aún sanciones sociales de la clase media-alta por el crecimiento de los pelos que indicaron las mujeres. Muchas de las mujeres de color expresaron que el vello corporal exacerbó su ‘diferencia’ entre las mujeres blancas o de clase media-alta”.

Cuando las personas ya están marginadas por su raza o clase, la posibilidad de ser incluso aún más marginado por cualquier acción que se desvía de la norma es un riesgo que está siempre presente.

Finalmente, descartar la cera y las máquinas de afeitar no es la única solución para combatir las asociaciones negativas que tenemos respecto al vello corporal de la mujer. Si alguna vez ha mostrado asco al ver las piernas peludas de una mujer, juzgado las axilas sin afeitar, o incluso la insinuación de un bigote, es hora de preguntarse a sí mismo: ¿Por qué te hace tan incómodo? ¿Qué aspecto parece poco atractivo – y por qué?

Fuente: EverydayFem / BreanneFahs


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