La mujer afirmó que su esposo ludópata gastó todo su dinero y decidió ofrecer a dos amigos los servicios sexuales de ella como pago en un juego de azar.
Otro caso de violencia sexual mantiene ocupados a los entes judiciales en la India. Una mujer del distrito de Janpur fue víctima de una violación múltiple esta semana, luego de que su esposo la ofreciera como pago para una apuesta perdida.
La víctima acudió a la policía, donde se negaron a tomar su denuncia, por lo que recurrió al juzgado local, el cual intervino para que se registrara el trámite.
En la denuncia, la mujer afirmó que su esposo ludópata gastó todo su dinero y decidió ofrecer a dos amigos los servicios sexuales de ella como pago en un juego de azar. Tras perder la apuesta, el marido permitió que los dos hombres la violaran.
Después de lo ocurrido, la mujer se fue a casa de su tío, adonde llegó su pareja a pedirle perdón por lo ocurrido, ella aceptó y regresó a casa con él.
Sin embargo, camino a su casa el hombre detuvo el vehículo y dejó a sus amigos que la volvieran a violar.
100 violaciones diarias
Con más de 100 violaciones diarias, India figura como uno de los países más inseguros para las mujeres, registrando una gran cantidad de casos relacionados con el flagelo del abuso sexual.
Según la Oficina Nacional de Registros Criminales, en la India se comete una violación cada 13,5 minutos, sin contar las agresiones que no se denuncian debido al estigma que tienen las víctimas de este tipo de delito.
Las últimas estadísticas disponibles señalan que en 2016 se registraron unas 20.000 violaciones, con un incremento de 12% con respecto al 2015.
A la fecha, se contabilizan 15.000 casos de violación sexual que se encuentran aún en espera de juicio.
La ONU, por su parte, reporta que en India una violación de cada tres concierne a un menor y cerca de la mitad de los agresores conocen a sus víctimas.
Un drama que no cesa
Hace apenas una semana el caso de una niña de tres años que fue secuestrada, violada y decapitada conmocionó el país. La lista de delitos no cesa y la crisis parece ser incontrolable.
Las autoridades del país asiático siguen inundadas con el alto índice de agresiones sexuales, por lo que la justicia para las víctimas y la seguridad para las niñas y mujeres que temen pasar por ello es cada vez más escurridiza.
Deepa Narayan, científica social de varias ONG, en una entrevista para CNN, describe la crisis de India como “un grave problema cultural y social en el modo de ver a la mujer”, algo que impide poner freno a esta situación. La tasa de condena por delitos de violación es apenas el 3%.
Narayan asegura que las violaciones múltiples en contra de mujeres, incluidas las de menores de edad, están aumentando en lugar de disminuir.
El patriarcado
La cultura del patriarcado es uno de los motivos por los que se producen tantas violaciones en la India, unido a que en la religión hindú, mayoritaria en el país, la mujer es considerada una reencarnación inferior al hombre.
El hombre, por “derechos” familiares y religiosos, se considera superior a la mujer, no es una cuestión de sexo, sino de poder y dominación.
En la India, como en otros países, si el abuso ocurre dentro del núcleo familiar, o no es denunciado o es visto con indulgencia por parte de la policía, ya que el marido tendría “derechos sobre la mujer”.
Aunque la cultura india ha evolucionado hacia una sociedad más moderna, con un mayor peso de la mujer en todos los ámbitos -incluida la política -, el machismo propio del patriarcado sigue enraizado en la cultura popular y en la forma de entender los papeles de la mujer y el hombre.
El arraigado problema de delito sexual en la India llegó a la atención internacional en 2012, cuando una estudiante de fisioterapia de 23 años de Nueva Delhi fue víctima de violación múltiple en un minibús y murió semanas después.
Las protestas luego de este terrible suceso forzaron al gobierno a cambiar las leyes y aumentar las penalidades por violencia sexual. Sin embargo, los críticos afirman que esas leyes no se han implementado por completo y la actitud no ha cambiado con respecto a la mujer.
Además de naciones en guerra como Afganistán o Siria, no existe otro país en el mundo más peligroso para las mujeres que el subcontinente asiático. Así lo asegura el último estudio elaborado a este respecto por la Fundación Thompson Reuters, que apunta a dos feroces amenazas: la esclavitud laboral y la violencia sexual para muchas de ellas, sin que ni siquiera hayan abandonado aún la infancia.
A principio de enero de 2018, ocurrió el caso de Asifa, una niña musulmana de 8 años que se hizo tristemente conocida por ser secuestrada, sedada y violada en grupo durante días en un templo hindú antes de que la asesinaran y abandonaran en un bosque, en la Cachemira india.
De los 6 implicados, 3 acaban de ser condenados a cadena perpetua y a cinco años de prisión a otros tres, que deberán pagar una multa de 500 rupias (aproximadamente 700 dólares) por este delito. Entre ellos se encuentran un funcionario local retirado y dos miembros de la Policía que destruyeron pruebas y aceptaron sobornos para encubrir a los autores del crimen.
En esa ocasión, se realizaron diversas protestas masivas en toda la India. Dos ministros del gobierno se vieron obligados a renunciar después de que se supo que habían participado en las manifestaciones en apoyo de los acusados.
Aunque parezca que las violaciones azotan la India desde hace poco, la realidad es que son las denuncias las que han aumentado. La sociedad india se está concienciando del problema, y el Gobierno comienza, presionado por la opinión pública, a aplicar las leyes de protección a las mujeres.
Medidas frente a la ola de abusos
Los feminicidios continúan sucediendo en la India, generando gran alarma y movimientos sociales de protesta para presionar a la Policía.
En este contexto, el Gobierno indio modificó la legislación el año pasado, y recientemente introdujo la pena de muerte para los violadores de niños o niñas menores de doce años.
La orden ejecutiva introdujo cambios radicales en el derecho penal con el objetivo de prevenir actos de violación e infundir seguridad entre las mujeres y los niños. Como mínimo se establecen 20 años de cárcel para los casos de violación de niñas menores de 12 años, y como máximo cadena perpetua o pena capital.
En el caso de violación de menores de entre 12 y 16 años de edad, la condena mínima pasa de 10 a 20 años de prisión o a prisión de por vida.
En lo que se refiere a las violaciones de mujeres, el castigo mínimo también se endureció, pasando de 7 a 10 años de cárcel.
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