A pesar de que en el país se registra una disminución en las cifras de mujeres desaparecidas, el sector que se encuentra entre 10 y 24 años sigue siendo el más vulnerable ante este delito.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas de la Secretaría de Gobernación (Segob) en 2020 se registraron ocho mil 357 mujeres desaparecidas, de las que cinco mil 237 son menores entre 10 a 24 años, lo que representa 62.6 por ciento de ese total, mientras que en 2021, hubo seis mil 005 mujeres con el estatus, pero de ellas tres mil 593 eran de ese sector etario, que representa 59.8 por ciento.
Además, los estados más peligrosos para el género femenino son la Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Sinaloa y Zacatecas.
Martha “N” perdió a su hija de 23 años de edad cuando estaba embarazada en 2014, luego de ser secuestrada por un grupo criminal en Reynosa, Tamaulipas. Además, con ella se encontraba otro de sus hijos de 17 años, que también fue llevado de manera forzada. Días después le llamaron para solicitar un rescate de 30 mil pesos, que dio, pero nunca más volvió a saber de los delincuentes o de sus hijos.
“No sé dónde puedan estar hasta el momento, sólo se que me los secuestraron y ya nunca supe de ellos. Fue en 2014 cuando un grupo se los llevó, nos llamaron y dimos rescate, pero ya nunca se volvieron a comunicar”, detalló a este diario.
La madre de 50 años espera encontrarlos, por ello, se adhirió a un colectivo con el objetivo de hallar a sus dos hijos, ya que tiene la esperanza de en algún momento encontrarlos a salvo.
Otro caso es el de Aracely, quien desapareció en 2020 cuando tenía 12 años, luego de que fuera plagiada por la expareja de su madre en el municipio de Nogales, Sonora. Pero a diferencia de otros casos, ella meses después la encontraron en Hermosillo, gracias a que encontró un teléfono celular y llamó a su madre para decirle dónde estaba.
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“Fui a la tienda y él me vio y me dijo que me subiera, pero me llevó a otro lado, ya que se quería vengar de mi mamá. Sólo me tenía amarrada desde el momento en que llegamos, pero no me pegó, afortunadamente, solo quería vengarse de mi mamá. Solo dije el nombre de las calles y fueron por mí”, narró ,con permiso de su tía, Cecilia Armenta.
Desafortunadamente el agresor no ha sido capturado y hasta el momento no se sabe dónde se encuentra.
Ante este panorama, Delia Quiroa, representante del Colectivo 10 de Marzo dijo que los principales estados a los que llevan a los menores son Puebla y Baja California, debido a que son los lugares donde abunda la prostitución y los giros negros.
“En nuestros análisis vemos que las niñas que son secuestradas son entre 10 y 25 años aproximadamente, y principalmente las utilizan para delitos relacionados con trata de personas, explotación sexual o trabajo infantil”, aseveró.
La experta indicó que la impunidad es una constante en la desaparición de menores, por lo que es necesario buscar también a las personas con perspectiva de género, ya que la violencia contra las mujeres ha ido en aumento en el país, por lo que es común que en fosas o en servicios médicos forenses haya mujeres que previamente se reportaron como desaparecidas.
“Sí debe haber perspectiva de género y aplicar protocolos cuando una mujer sea reportada como no localizada, ya que en horas pueden sacarlas del país”, sostuvo.
Por separado, la presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia de la Cámara de Diputados, Ana Lilia Herrera Anzaldo, detalló que la violencia en contra de mujeres y niñas en el país está fuera de control, ya que se ha dejado solo al género femenino ante los embates de la violencia del crimen organizado.
“Estamos cada día peor, el grave problema de la impunidad sigue presente y no estanos garantizando ni la prevención de ningún tipo de violencia, ni sanciones para cerrar el paso de la impunidad; por ello, se debe seguir alzando la voz. Las autoridades están desmantelando las instituciones para mujeres y niñas, por ello quedan sin protección y en muchos riesgos, uno de ellos, la desaparición forzada”, indicó.
La legisladora del PRI sostuvo que se está dejando a las niñas y adolescentes solas, ya que en su desarrollo integral y prevención de la violencia desertaron en lo que va de la pandemia, 5.2 millones y 3.6 millones entraron a trabajar, además, que se quitan recursos de programas como la Escuela de Tiempo Completo y otros, que ayudan a tener espacios seguros para las niñas.
La diputada tricolor aseguró que es necesario en México tener una alerta por violencia y desaparición de menores efectiva, ya que están al acecho del crimen organizado y se ve en las cifras de Gobernación.
Con información de La Razón