Naciones Unidas pidió este martes a los municipios franceses que mantienen su veto al burkini que revoquen inmediatamente la medida, de acuerdo con la sentencia del Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa del país, que el pasado viernes la anuló en Villeneuve Loubet, a la Costa Azul.
«Instamos a todas las autoridades locales que han adoptado prohibiciones similares a que las dejen sin efecto de inmediato en lugar de aprovechar el limitado alcance geográfico del dictamen», declaró el portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville.
Colville explicó que de acuerdo con los estándares internacionales de derechos humanos, las restricciones a las manifestaciones de religión o creencia -incluida la vestimenta- sólo se permiten en circunstancias muy limitadas relacionadas con la seguridad, el orden, la salud y la moral públicos. Para el organismo, ninguna de estas circunstancias se ajusta al caso francés.
Colville dijo que puede entenderse perfectamente el dolor y la rabia causadas por los ataques terroristas ocurridos en Francia en los últimos meses, pero garantizó que los decretos impuestos en decenas de localidades costeras del país prohibiendo el atuendo musulmán «no mejoran la seguridad». Por el contrario, agregó, provocan un sentimiento de intolerancia religiosa y de estigmatización de los musulmanes en Francia, especialmente de las mujeres.
«Cualquier medida pública debe dirigirse a aquellos que incitan a la violencia y no contra mujeres que simplemente quieren caminar por la playa o bañarse con una ropa con la que se sienten cómodas», señaló la Oficina de Derechos Humanos.