La arriesgada película feminista «Pintalabios bajo mi burka», que narra la historia de cuatro mujeres que se rebelan contra su destino en la conservadora sociedad india, se estrenó hoy en la India tras ganar la batalla al órgano censor, que había rechazado aprobarla «por sus continuas escenas sexuales».
«Estoy muy feliz de que al fin se estrene, me siento aliviada», aseguró a Efe la directora de la película, Alankrita Shrivastava, durante un acto en Nueva Delhi poco antes de que las sales de cine indias abrieran definitivamente el candado al film.
La película de la productora Prakash Jha, una obra independiente alejada de la monumental maquinaria de Bollywood, estaba predestinada a un recorrido limitado por las salas de cine indias, pero con el gran revuelo que generó la prohibición, hoy «Pintalabios bajo mi burka» es proyectada en cines de toda la India.
Shrivastava reconoció que la prohibición por la Comisión Central de Certificación Cinematográfica (CBFC), el órgano censor indio, «quizá» ayudó a que se diera a conocer en todo el país, pero señaló que eso no es algo que alguien busque ni desee.
«No es una sensación agradable que exista un órgano situado por encima de las cabezas de los ciudadanos que trata de establecer los contenidos que éstos pueden ver», afirmó la realizadora, que valoró sin embargo el debate que la prohibición desencadenó en los medios de comunicación y redes sociales sobre «mujeres y sexualidad».
La película se enfrenta a muchos aspectos tabúes en la sociedad india, como los sueños sexuales de una viuda, una joven musulmana con burka que desea convertirse en una cantante pop o una chica que intenta huir con su novio de la opresiva ciudad en la que viven.
Para el órgano censor, esa «historia orientada a las mujeres, sobre sus fantasías en la vida», como la definió en su informe final el pasado enero, no podía ser proyectada en los cines debido a «sus continuas escenas sexuales, sus palabras malsonantes, sonido pornográfico y ser poco sensible hacia una parte de la sociedad».
El CBFC rechazaba así conceder un certificado a la película para su difusión en los cines, lo que desencadenó un proceso que culminó en abril con la decisión favorable del Tribunal de Apelación de Certificación Cinematográfica, aunque con algunas restricciones.
De acuerdo con la sentencia de la corte de apelación, el CBFC se había «engañado a sí mismo» al negar la certificación en base a que la película estaba «orientada a las mujeres».
«No puede haber ninguna prohibición a una película por estar orientada a las mujeres o contener fantasías sexuales, y la manifestación de los deseos íntimos de las mujeres», sentenció el tribunal, que sin embargo pidió que las «prolongadas escenas sexuales» fueran recortadas al «mínimo» sin influir en la historia.
Así, por ejemplo, solicitaba que en la escena en la que una mujer madura practicaba sexo vía telefónica con un joven, donde no había desnudez pero en la que «las expresiones y los movimientos son empleados de manera efectiva», ésta se redujese de 54 a 29 segundos.
Con esos cortes, la película llegó hoy a los cines con una certificación «A» de sólo para adultos, un avance dentro de una tradición en el país del Kamasutra en la que incluso los besos suelen ser censurados, y que hasta los años 90 eran representados con imágenes de dos flores o dos cisnes acercándose.
«Fue una larga lucha, pero creo que fue importante no darse por vencido y conseguir su estreno (…) Si la prohibición hubiera continuado sentaría unos precedentes erróneos que dirían que se puede poner la mordaza a películas como esta», sentenció la directora.