El Congreso de Estados Unidos levantó un informe en el que se reveló que miles de mujeres encarceladas en prisiones federales han denunciado abusos sexuales por parte de empleados carcelarios. Esto ocurre en al menos dos tercios de las cárceles del país.
Resultado de una investigación de ocho meses realizada por el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado, y liderada por el senador Jon Ossof, los legisladores descubrieron que la Agencia Federal de Prisiones estadounidense (BOP, en inglés) ha abierto más de 5.000 casos de asuntos internos por denuncias de abuso entre 2012 y 2020.
Muchos de estos casos tardaron años en resolverse y otros aún no se han cerrado. El informe señala que estos retrasos en la resolución de denuncias «han impedido la capacidad del BOP de obligar a sus empleados a rendir cuentas».
Los parlamentarios pusieron especial foco en cuatro prisiones de EE.UU, dos de ellas en el estado de Nueva York, una en Florida y una en California. En ellas se han registrado abusos sexuales a mujeres presas por parte de varios empleados federales.
El informe arrojó datos atroces sobre el maltrato a las presas en estas prisiones, como por ejemplo el abuso sexual reiterado, las mujeres privadas de libertad «sufrían abusos de manera repetida durante meses o años», según se señala en el documento.
La legisladores llegaron a la conclusión de que la agencia ha sido incapaz hasta ahora de detectar o prevenir estos casos de abuso sexual en las prisiones federales del país. Por lo que se esperan acciones veloces y efectivas para la protección de las mujeres privadas de libertad y la reivindicación de sus derechos fundamentales.