Alrededor del mundo, cada día, mujeres y niñas experimentan alguna forma de discriminación por el único hecho de ser mujeres. A lo largo de sus vidas ellas sufrirán distintos tipos de discriminación que afectarán sus oportunidades de acceder a la justicia, mejorar sus oportunidades de vida o tener una mejor posición social.
La sociedad ha sido cómplice de la actual inequidad entre hombres y mujeres. Si bien es cierto que ambos poseemos características que nos permiten realizar distintas tareas para la supervivencia de la especie, como la reproducción o mayor fuerza, no se olvidan las diferencias que históricamente han hecho que las mujeres permanezcan en el hogar para cuidar niños, los hombres deban trabajar y predominen las ambiciones por dar a luz un varón en lugar de una mujer.
En algunos países del mundo, la discriminación e inequidad de género provoca prácticas dolorosas como la ablación (extirpar el clítoris), la cual se practica en 30 países que incluyen el continente asiático y africano, así como algunas regiones de Colombia, lo que lleva a la indignación mundial. En otras ocasiones se refleja en pocas oportunidades de desarrollo educativo y profesional, como en los países de Medio Oriente donde muchas veces las mujeres no pueden estudiar o deben cubrir su rostro para salir a la calle. En otros lugares lo podemos ver con ejemplos mucho más lamentables, tales como el aborto selectivo, en el cual, las familias prefieren tener un hombre, si descubren que nacerá una hija, la abortan e intentan nuevamente hasta que el varón llegue. Algunos de los países que realizan esta práctica son China, India, Pakistán y el Cáucaso.
Hoy, en el mundo se promueve la equidad de género, tanto económica como socialmente. Los países que les brindan más oportunidades a las mujeres tienden a poseer una mejor estabilidad económica. Aquellos países que incluyen la equidad económica y calidad de vida para las mujeres son Bélgica, Francia, Eslovenia, España, y Serbia. Según la OCDE estos países son los que tienen menos barreras para el cumplimiento de sus derechos, el acceso a la justicia, recursos y oportunidades de un buen desarrollo laboral y personal, y por lo tanto, los mejores para una excelente calidad de vida.
Para realizar el estudio se tomaron en cuenta 160 países, y se analizaron las normas sociales, las prácticas y sus leyes. Algunos de los datos más importantes para el análisis fueron la edad en la que las mujeres pueden casarse, los casos en los que las familias deciden con quién se casará por mayores oportunidades económicas y sociales, y el acceso a servicios financieros. Países europeos como Francia e Italia muestran un nivel muy bajo de discriminación, mientras países como Bangladesh y Somalia tienen un alto índice.
Según la OCDE, la discriminación en estos países genera que se casen a temprana edad, limita su educación e incrementa la posibilidad de un embarazo a temprana edad. Además, restringen su toma de decisiones en cuanto a su salario y el bienestar de su familia. Los objetivos y las metas futuras deben buscar romper el ciclo de la desigualdad a través de la eficacia institucional, puesto que son estos los que en muchas ocasiones causan discriminación y desigualdad.
Los peores países en los que puede vivir una mujer son Chad, Mali, Gambia, Sudán y Yemen. La buena noticia es que en muchos lugares las cosas parecen mejorar. Por ejemplo, el porcentaje en matrimonios a temprana edad en Malawi cayó de 36% en 2010 a 26% en 2014. En Rwanda, por otro lado, el parlamento está representado por un 63% de mujeres.
Los países mejor clasificados, como Bélgica, garantizan los derechos intrafamiliares, una vida sin violencia, acceso a los recursos y derechos políticos y civiles. Además tienen niveles bajos de violencia de género; por ejemplo, en Bélgica existe un 50% de representación política femenina.
La región menos avanzada en cuanto a los derechos es África subsahariana, la cual tiene grandes barreras hasta en los más simples servicios financieros en 16 estados. En esta región, si eres mujer, es casi imposible abrir una cuenta bancaria o sacar un crédito.
Paulatinamente, esperemos, todos los países serán aptos para que podamos vivir con equidad. Sin tener menos derechos y más obligaciones por el simple hecho de ser mujeres. Dignificar nuestro género significa dejar de ser nosotras mismas, machistas, así como realzar la importancia que tenemos en nuestra sociedad. Formemos una sociedad diferente desde nuestros hogares, en la que el fanatismo religioso, las costumbres, tradiciones y creencias no sean un factor para discriminar.