Hoy queríamos compartir con vosotros una historia que nos ha emocionado especialmente. Su nombre es Corey Maison, tiene 14 años y es transexual, una condición bastante dura para alguien tan joven, que no se siente a gusto con su cuerpo e identidad. De hecho, Corey tuvo que abandonar la escuela en quinto grado debido al acoso escolar continuado.Su madre, Erica Maison, cuenta que Corey se dio cuenta de su condición a los 11 años. Juntas vieron varios vídeos de Jazz Jennings, una adolescente transgénero cuya historia ha marcado un antes y un después en la sociedad norteamericana. Su historia le sirvió para abrir los ojos y fue cuando Corey afirmó: «Mamá, soy como ella, soy una chica.«
Desde entonces, su familia no han dejado de luchar, investigar y asesorarse para ayudar a Corey con su transición. En una clínica de Chicago consiguieron un tratamiento de supresión de la pubertad mediante un implante -puberty-suppresing implant- que costaba aproximadamente 21 mil dólares y que, por suerte, cubrió el seguro.Dos años y medio ha tenido que esperar Corey para iniciar el tratamiento de hormonas, pero por fin verá su sueño cumplido. Su madre, emocionada, confiesa:
«Fue surrealista. Cuando salí de la farmacia me puse a llorar y a templar. Estaba pensando en el mejor modo de decirle que el día que tanto había estado esperando, por fin había llegado».
La reacción de Corey se ha convertido en todo un fenómeno viral, y su historia en un vehículo de inspiración para muchos adolescentes en su misma condición. En el vídeo que adjuntamos al final, podemos ver la hermosa reacción de una niña de 14 años cumpliendo su sueño. Su madre, cuando colgó las imágenes -que podréis ver más abajo-, adjuntó el siguiente mensaje:
«Creo que uno de los temas más grandes de nuestra sociedad, es que la gente no entiende lo que es ser transgénero. Quiero que la gente vea este video y observe la auténtica reacción de una niña transgénero que finalmente podrá vivir la vida del modo que siente.Quiero que la gente vea esto porque quizás consiga abrir los ojos. Quizás abran los ojos para aprender a mirar a cualquiera que sea diferente. Tal vez esto les haga darse cuenta de que las personas transgénero son iguales a cualquiera, solo que ellos tienen un riesgo mayor a ser violentados o ridiculizados sobre algo que no pueden elegir.Yo les aseguro que a ningún niño le gustaría que se rieran de él por eso. Ninguno escogería ser transgénero, ya que esto es una condición de nacimiento al 100%.«