El movimiento #MeToo en octubre pasado abrió la caja de Pandora de la industria del cine en Hollywood.
Si bien es cierto que el tema se ha puesto sobre la mesa y es positivo que en México también empiecen a denunciar figuras públicas –como recientemente las actrices Karla Souza, Paola Nuñez y Stephanie Sigman lo hicieran en CNN con la periodista Carmen Aristegui–, la respuesta de una parte de la sociedad y algunos medios de comunicación ha sido revictimizar a las denunciantes.
Y aunque casos en la industria de la televisión o el cine sobran, y quizá no sorprendan porque era un secreto a voces el cómo las televisoras, la Radio y la industria de la música, por decir solo las más conocidas, han permitido y promovido el abuso y acoso a miles de mujeres, sí es de aplaudir la decisión de hablar públicamente y el espacio que se les da a estas denuncias en algunos medios de comunicación con tacto y responsabilidad, destaca Adriana Buentello para RT en español.
Existe un Harvey Weinstein en cada rincón, en cada profesión y área de nuestras vidas y muchas de nosotras hemos tenido que aprender cómo «torear» o lidiar con esas amenazas, con esa violencia.
Al denunciar públicamente un acoso, se revive la dolorosa experiencia de lidiar con un linchamiento en redes sociales, medios de comunicación e incluso de nuestro círculo más cercano.
¿Por qué no denunciamos en su momento? ¿Por qué tardamos tantos años en hacerlo? Por una razón similar por la que millones de personas no renuncian a sus trabajos o denuncian a sus jefes quienes los humillan, sobajan y los rezagan. Las consecuencias profesionales de una mujer que se atreve a denunciar son muchas: desde el despido y la inhabilitación; la estigmatización y la revictimización.
En esa dirección, la Buentello termina con la siguiente reflexión: «Necesitamos un cambio cultural que pueda incidir en la sociedad desde los principales espacios del país para eliminar las actitudes machistas que se gestan incluso «inocentemente» desde el humor en las redes sociales y en los medios de comunicación, y a través de periodistas, políticos, líderes de opinión y toda figura pública»