En el encuentro orgánico de la Articulación de Mujeres de La Vía Campesina, que congregó en Sri Lanka a unas 60 mujeres del campo, representantes de todos los continentes coincidieron en que el principal desafío que enfrentan es contra el «patriarcado, que es capitalista».
«Los avances de los Gobiernos de extrema derecha vienen para afianzar y garantizar la aplicación de políticas neoliberales, acompañados de una ideología y perspectiva conservadora y moralista, del patriarcado», dijo a Sputnik Iridiani Seibert, del Movimiento de Mujeres Campesinas de Brasil, miembro de La Vía Campesina, que agrupa a 182 organizaciones del mundo.
Seibert aseguró que ese tipo de políticas con las que se están enfrentando, cuestionan los «derechos y avances de las mujeres que haya podido haber», y buscan «volver a colocar a la mujer en el lugar donde el patriarcado pone a las mujeres, para que pueda haber una mayor explotación, sea de las campesinas como de las clases trabajadoras».
Se pretende que «las mujeres se queden en el hogar garantizando la reproducción social de los trabajadores, (en lo privado) mientras el Estado puede dejar de garantizar determinados derechos, como educación, salud, seguridad social», explicó.
Seibert indicó que «en general, hay un avance a nivel global» de ese tipo de políticas. En el campo «sofocan» a los pueblos, privándolos de «condiciones de vida digna», y obligándolos a desplazarse, «muy especialmente a las mujeres».
En ese sentido, también señaló que han aumentado los «conflictos en el campo» a raíz de «la entrada de las transnacionales», que pretenden «apropiarse de los bienes naturales, de las riquezas que hay en los territorios».
Los conflictos se traducen en «violencia y represión militarizada, con criminalización y el encarcelamiento de las lideresas como pasa en América Latina (…) En otros lugares llega a expresarse en forma de guerra, sobre todo en los países de Oriente Medio», indicó.
La vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres campesinas se evidencia «de manera distinta»: en «violaciones, acoso y abuso sexual, sobre niñas y adolescentes».
En el encuentro, las mujeres campesinas también debatieron sobre sus luchas históricas por el derecho a la tierra, a producir alimentos sanos y saludables. En resumidas cuentas, se trata de una lucha «feminista, campesina y popular».
«Queremos transformar nuestra sociedad, queremos vivir en el campo, producir alimentos con la agroecología, queremos la soberanía alimentaria, pero para eso es necesario que en el cotidiano enfrentemos al capitalismo agrario: el agronegocio, a las transnacionales, a las políticas del Banco Mundial para el campo»,enfatizó Seibert.
Asimismo, agregó que también es preciso enfrentar el capitalismo a nivel global, ese que está entrelazado, unido al patriarcado y al racismo, que también son formas de dominación y explotación de las mujeres, pero también de los hombres y de los pueblos».
El feminismo campesino y popular fue impulsado por las mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), la propuesta ganó «espacio y apertura para la discusión y el debate» en La Vía Campesina, por ello se propusieron crear una escuela mundial de formación política.
«Es necesario ampliar la formación política en las mujeres para avanzar en la organización y lucha de las mujeres hacia esa construcción del feminismo», aseguró Seibert.
A su vez, otra de las estrategias que las campesinas desplegarán será la ampliación de «alianzas» a nivel regional y mundial. «No se trata de un feminismo cerrado en nosotras mismas, tenemos que hacer alianzas con otras fuerzas, otras luchas de mujeres por el mundo que existen desde otros sectores pero que buscan la misma perspectiva: una liberación de las mujeres y, de forma más amplia, de los pueblos», indicó.
Desde hace 17 años, los campesinos organizados del mundo trabajanpara que Naciones Unidas reconozca e impulse la Declaración sobre los Derechos de los Campesinos y otras Personas que Trabajan en Áreas Rurales.
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