Las mujeres tienen permitido conducir en Arabia Saudita a partir de este domingo 24 de junio, luego que nueve meses antes el rey Salmán levantara la anacrónica prohibición con un decreto real.
«Voy a conducir. A cualquier sitio. De forma aleatoria. Quiero saber qué se siente conducir de forma legal», dice Hatoon al Fassi al ser consultada.
Sin embargo, la detención de varias activistas que, como ella, lucharon para conseguirlo, empaña la jornada y plantea dudas sobre la profundidad de la reforma que impulsa el hijo y heredero del monarca, el príncipe Mohamed Bin Salmán (MBS)
«Significa mucho para nosotras… Vamos a tomar las riendas de nuestro destino», asegura Al Fassi, profesora universitaria y veterana activista de los derechos de la mujer, tras cambiar su carné de conducir de un país vecino por el nuevo documento saudí.
Reconocimiento a las féminas
La prohibición ha limitado la movilidad de las mujeres en un país con un trasnporte público precario y ha dificultado su incorporación al trabajo, a pesar de que su preparación es de media superior a la de los hombres. Reconoció el príncipe Mohamed, a quien se atribuye la decisión.
El monarca impulsa un ambicioso programa de reformas para superar la dependencia del petróleo que exige modernizar la sociedad y recortar la influencia del clero (bastión de las posturas más conservadoras, pero también fuente de legitimidad de la monarquía)
Entre los objetivos de su Visión 2030 se encuentra lograr que para ese año que las saudíes sean el 30% de la fuerza laboral (frente al 10% actual)
Los analistas ya están haciendo cuentas de los beneficios. Esperan que la medida abra el mercado laboral a las mujeres, quienes ya se han
inscrito en los programas de plataformas de transporte como Uber o Careem, en busca de un empleo.
De entrada, la eventual reducción del número de conductores privados tendrá un impacto positivo en el presupuesto de muchas familias. Además, se prevé que estimule la venta de autos y el sector de los seguros.