Culpado por un caso de corrupción, Budd Dwyer tomó esta fatal decisión para demostrar su inocencia ante la Justicia de los Estados Unidos.
El día anterior a su sentencia, el 22 de enero de 1987, el político estadounidense Budd Dwyer anunció que concedería una conferencia de prensa a los medios locales desde su despacho en Harrisburg, Pennsylvania.
Puntual a las 10 horas, se presentó Dwyer frente a los asistentes con un semblante descompuesto. En el ejercicio de su cargo como tesorero estatal estaba siendo culpado por tráfico de influencias y de recibir un soborno para adjudicar un contrato en favor de la compañía Computer Technology Associates.
Dwyer comenzó la lectura de un documento de 21 hojas donde manifestaba su inocencia, lamentando las constantes fallas del sistema judicial de los Estados Unidos y dejando en claro que no renunciaba a su cargo.
De repente, el público volvió a centrar su atención en el discurso de Dwyer, pues su carácter político pasó a tomar un sentido más dramático, en tono de despedida. “Me encuentro en la última página”, manifestó el político luego de un largo suspiro y continuó leyendo, esta vez con más emotividad y decisión:
“Doy gracias al buen Señor por los 47 años de apasionantes retos que me ha dado, estimulantes vivencias , momentos felices, y sobre todo, por la excelente esposa e hijos que desearía tener cualquier hombre.
Ahora ha cambiado mi vida, sin aparente razón. Aquellas personas que me han llamado y escrito se sienten impotentes y están molestas. Saben que soy inocente y quieren ayudar. Pero en este país, la democracia más grande del mundo, no hay nada que puedan hacer para impedir que me condenen por un delito que no he cometido.”
Budd Dwyer hizo una pausa y el rostro de los presentes pasó del letargo a la confusión. Se apoderó el silencio de todos los que ocupaban la sala:
“Pido a los que creen en mí, que sigan conservando la amistad y oren por mi familia, para trabajar sin descanso por la creación de un auténtico sistema de justicia en los Estados Unidos, y por continuar con el trabajo de exonerarme, para que mi familia y su generación futura no sea manchada por esta injusticia que se ha perpetrado en mi persona”.
No dijo más el tesorero. El último párrafo de la hoja quedó sin leer, apresurando Dwyer la situación. Visiblemente conmovido y con las manos temblando, culminó su lectura y se acercó a su maletín donde tenía tres sobres que entregó a cada uno de sus auxiliares.
Consistía en una carta para su familia, otras con las instrucciones para después de su muerte y un último mensaje para el gobernador de Pennsylvania.
Sin dudar, Dwyer sacó un cuarto sobre de mayor volumen que los tres anteriores y de allí tomó un revólver Magnum .357 con su mano izquierda apuntando al techo, mientras que el horror se apoderaba de los presentes. Algunos manifestaban que no lo hiciera y otros se lanzaron al piso para protegerse.
“No, no, no (a los que intentaban acercarse para desarmarlo), esto los puede lastimar”
Budd Dwyer agarró el arma con ambas manos y la introdujo en su boca, jalando de inmediato el gatillo. Instantáneamente cayó al suelo y un fuerte chorro de sangre comenzó a salir de su cabeza empapando su cuerpo.
La trágica escena generó el pánico de la multitud que gritaba y maldecía. Cinco cámaras filmaron el hecho y otras dos capturaron fotográficamente el instante cuando Dwyer se quitó la vida. De esta lamentable manera el político quiso demostrar la injusticia cometida contra él por parte de una corte de los Estados Unidos.
El video a continuación muestra la escena real aquí descrita de Budd Dwyer, el contenido es de impacto y advertimos que las imágenes pueden herir la sensibilidad de quienes decidan reproducirlo:
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