Los argentinos acaban de sumar un hito más a su lista de cuestiones para enarbolar su nacionalismo más ramplón. En este caso, el hallazgo de uno de los dinosaurios más grandes del mundo. Su tamaño, calculan, equivaldría a casi un tercio de una cancha de futbol y su peso habría sido de unas 48 toneladas. Fue hallado en Mendoza por un equipo de paleontólogos locales conducido por el investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de Cuyo, Bernardo González Riga, de quien obtuvo también su apellido, ya que a pesar de tener 86 millones de años, recién ahora fue bautizado como “Notocolossus gonzalezparejasi”.
El descubrimiento del Notocolossus fue publicado el lunes en la revista “Scientific Reports”, una publicación de libre acceso de los editores de Nature, en la cual se detallan las características de este espécimen que le disputa el puesto como el dinosaurio más grande del mundo al Titanosaurus, reciente estrella del Museo de Historia Natural de Nueva York.
Según se especifica en el artículo, el dinosaurio fue hallado en Malargüe, en el sur de la provincia de Mendoza, en rocas de fines del Período Cretácico. Por lo que se desprende de los huesos encontrados, tenía un cuello muy largo que le permitía encontrar comida sobre la tierra y entre las cimas de árboles, mientras que su cola, de longitud semejante, lo protegía de los enemigos.
A pesar de que el esqueleto fue hallado de manera incompleta, el tamaño de su húmero (hueso del brazo), de 1,76 metros de longitud, permite intuir que se trató de un animal especialmente grande. De hecho, ese hueso es más largo que el de cualquier otro titanosaurio conocido, aún los que se exhiben en Nueva York.
Según los especialistas, la nueva bestia tenía casi 40 metros de largo y su peso equivalía a unos 13 elefantes. Ese insólito tamaño y peso, sumado al lugar donde fue hallado, fueron determinantes para definir su nombre: Notocolossus, que se traduce como “gigante del sur”.
Otro elemento que ha hecho que este descubrimiento sea espacialmente atractivo para la ciencia universal es que el Notocolossus es el primer titanosaurio verdaderamente gigante que ha preservado uno de sus pies en forma completa. Pero lo raro, a la vez, es que estos huesos muestran características anatómicas diferentes a la de otras especies, tales como metatarsos y falanges excepcionalmente cortas y robustas. Un elemento que genera dudas es el por qué habrán ido reduciendo sus pies a raíz de la evolución biológica.
“Ahora que tenemos todo el pie de un titanosaurio gigante, podemos aprender más acerca de cómo estos dinosaurios fueron capaces de soportar más peso que cualquier otro animal terrestre en la historia de la vida”, señaló en declaración a los medios González Riga. “Argentina era verdaderamente la tierra de los gigantes durante el Cretácico y Notocolossus nos da nuevas evidencias de cómo estos gigantes alcanzaron tamaños colosales”, añadió.
Más allá del pie, los otros restos óseos que permitieron proyectar las dimensiones del Notocolossus eran pertenecientes a la espalda, la cola, la pata delantera y la pelvis.
La noticia generó gran revuelo en la comunidad científica mundial pero, curiosamente, no se trata de una novedad. Los primeros restos del dinosaurio, cuyos descubridores claman que es el más grande del mundo, fueron encontrados en 2008. Ahí comenzó un trabajo de restauración y estudios comparativos hasta llegar a la redacción de un artículo para su difusión. Ese artículo, que recién esta semana salió a la luz, fue enviado a “Scientific Reports” en abril de 2015, fue incluído dentro del listado de materiales a publicar en noviembre y recién hecho público este lunes.
Inicialmente, los restos fueron identificados como pertenecientes a la familia de los dinosaurios saurópodos, es decir, enormes herbívoros con cuello y cola largos. Su imagen se asocia a la más ampliamente difundida a nivel imaginario de lo que fue un dinosaurio. Hasta el momento, se consideraba que había más de 60 especies y vivían en todos los continentes. Su peso variaba entre el de una vaca y el de una ballena jorobada. Durante el período Cretácico, el tercer y último período de la era Mesozoica, o «era de los dinosaurios» fueron los herbívoros más abundantes de Gondwana.
La pregunta que ahora resuena en el ámbito peleontológico es si se tratará de una nueva especie de dinosaurio o quizás una variante evolutivamente distinta de una ya conocida.
Fuente: InfoNews