La red de fallas en Machu Picchu probablemente ofreció a los incas otras ventajas, como una fuente de agua de fácil acceso.
El antiguo poblado incaico andino conocido como Machu Picchu alberga secretos que los incas se llevaron a la tumba, uno de ellos es cómo fue construida antes del siglo XV. Este misterio ha sido resuelto recientemente.
Ubicado en la Cordillera Oriental del sur de Perú, en la cadena montañosa de Los Andes a 2.430 metros sobre el nivel del mar, fue edificado sobre fallas tectónicas a propósito por la civilización incaica, la última de las grandes civilizaciones precolombinas que conservó su Estado independiente durante el siglo XVI.
Una nueva investigación sugiere que el santuario se levantó deliberadamente sobre una zona de fallas para aprovechar las características del terreno.
Según los investigadores, esta red subyacente de fallas y fracturas sirvió de base para la cantería, facilitó el suministro de agua y protegió el lugar de avalanchas y desprendimientos de tierra.
Los datos geográficos indican que la ubicación y el diseño del Sitio del Patrimonio Mundial se basó en las fallas geológicas subyacentes.
Una decisión acertada
La investigación presentada por Rualdo Menegat, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul en Brasil, en la Reunión Anual de la Sociedad Geológica de América, indica que la decisión pudo haber tenido algo que ver con la ubicación de fallas tectónicas: zonas de fractura entre dos bloques de roca en la corteza terrestre. Estos pueden variar en longitud desde unos pocos milímetros hasta miles de millas.
«Me pareció que no se podía establecer una civilización en los Andes sin conocer las rocas y las montañas de la región. Machu Picchu no es un caso aislado de estrategia de supervivencia inca en los Andes», explicó.
Pero «no se pudo construir por capricho. Es parte de una práctica de construir asentamientos en lugares rocosos altos. Pero, ¿qué guía esta práctica? ¿Qué conocimiento de las montañas rocosas y las montañas necesitaban saber los constructores para tener éxito en la construcción de ciudades en estas condiciones? Estas preguntas aún no habían sido objeto de investigación científica y decidí investigarlas», dijo.
Machu Picchu es famoso por su perfecta integración con un paisaje inhóspito. Sin embargo, precisamente su imposible ubicación ha traído de cabeza a la comunidad científica, incapaz de explicarse por qué extraña razón los incas habían construido este poblado en un lugar tan inhóspito.
Para su investigación, Menegat utilizó imágenes satelitales y mediciones de campo para mapear la red de fallas, algunas de las cuales miden alrededor de 110 millas de largo, en el área debajo de Machu Picchu.
«Las investigaciones de campo se llevaron a cabo en cuatro expediciones en 2001, 2006, 2010 y 2012. El análisis de las imágenes de satélite se realizó en el laboratorio. También utilicé varias descripciones geológicas y estudios de la región de Cusco y el Valle Sagrado», detalló.
En forma de “X”
Durante su investigación los datos fueron presentados a expertos de geología, arqueología, antropología, arquitectura, urbanismo, ecología del paisaje y epistemología y regiones del Perú, a fin de verificar su exactitud.
Machu Picchu se encuentra justo encima de la intersección mutua de tres direcciones principales de fallas y dos direcciones secundarias que corren de norte a sur y este-oeste, que casi forman una «X».
Menegat descubrió que en Machu Picchu los principales sectores, edificios y escaleras parecen estar orientados a lo largo de las direcciones de estas fallas.
«El resultado principal fue el descubrimiento de que Machu Picchu fue construido donde se cruzan las fallas geológicas. Las fallas geológicas son rupturas en las masas rocosas, formando franjas de rocas fracturadas que continúan por grandes distancias. Las fallas pueden ocurrir como redes reticuladas como en la región de Cusco, donde están relacionadas con los procesos geológicos de formación de la Cordillera de los Andes», señaló.
La investigación también mostró que algunos otros asentamientos incas en la región, como Ollantaytambo, Pisac y Cusco, también se construyeron sobre intersecciones de fallas, como Machu Picchu.
De acuerdo con el análisis del experto, los incas, que eran maestros trabajadores de la piedra, eligieron deliberadamente sitios como este en la intersección de fallas, en parte porque ofrecían abundantes materiales de construcción en forma de rocas pre-fracturadas.
Además de ayudar a dar forma a las piedras individuales, la red de fallas en Machu Picchu probablemente ofreció a los incas otras ventajas, como una fuente de agua de fácil acceso. Según el científico, las fallas tectónicas del área canalizaron agua de deshielo y agua de lluvia directamente al sitio.
Por si fuera poco, la investigación sugiere que la construcción del santuario en un lugar tan alto ayudó a drenar el sitio durante las intensas tormentas que prevalecen en la región, «alrededor de dos tercios del esfuerzo para construir el santuario involucraba la construcción de drenajes subterráneos», afirma Menegat, citado en National Geograpichs.
Menegat dice que hubiera sido «imposible» construir un sitio tan alto en las montañas si las rocas no estuvieran fracturadas de esta manera. Los incas utilizaron estos materiales para crear estructuras sin mortero, con piedras que encajan tan perfectamente que casi no hay espacios visibles.
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