10 verdades sobre los pedos. Los datos que nadie se había atrevido a expeler en público

Si hay algo que nos resulta imposible negar es que todos nos tiramos pedos (en Chile les decimos peos porque pedo suena siútico). Algunos con más estilo que otros, algunos con más o menos frecuencia, pero el caso es que de cagarse no se salva nadie y eso es un hecho.

Desde las pedorretas graciosas de la televisión hasta el absolutamente cruel peo ninja que alguien deja escapar en el horario punta del metro, los peos son parte de nuestra historia, incluso para algunas personas es casi un estilo de vida.

Se han inventado competencias al rededor del peo y no falta el que en un carrete agarra un encendedor, se lo acerca al poto y prende en llamarada su mejor ventosidad para el deleite de la audiencia.

El caso es que acá me pillé con una nota de la web Esto vale la pena que me gustaría compartir con ustedes porque siempre es bueno que desde El Ciudadano reflexionemos acerca de cosas tan importantes como … los peos?

1. ¿Qué es un pedo?

Es la expulsión de aire atrapado que puede provenir de aire tragado masticando o bebiendo, del gas filtrado de la sangre a los intestinos o de algunas reacciones químicas de las bacterias que viven en nuestros intestinos. Un pedo modélico suele contener 59% de nitrógenos, 21% de hidrógeno, 7% de dióxido de carbono y 7% de metano y un 4% de oxígeno. Pura alquímica interior.

2. ¿Por qué huelen mal?

¿Ah, que huelen mal? Sí, princesa, a todos nos huelen mal. Y es principalmente por el ácido butírico (olor a mantequilla rancia) o compuestos de azufre tales como el sulfuro de hidrógeno (olor a huevos podridos).

3. Cuántos al día

La media indica que 14 al día. ¿Y las mujeres? Ay, ay… de hecho, se ha comprobado que si se come la misma comida exacta, las mujeres tienden a tener más gases concentrados que los hombres.

4. ¿Cuántos pedos equivalen a una bomba atómica?

Esta pregunta que todos nos hemos hecho tiene respuesta. Si alguien soltara flatulencias durante 6 años y 9 meses sin parar, habría generado la misma energía que una bomba atómica. Ahí es nada.

5. A cuánto viajan mis escapes

Pues la media es de 3 metros por segundo. Es decir, si se entrenaran y llevaran un dorsal, ganarían más de una carrera.

6. ¿Es malo aguantárselos?

Los doctores no están de acuerdo. Algunos opinan que al ser gas generado en el mismo intestino no son nocivos. Otros opinan que pueden llegar a causar hemorroides o problemas en los intestinos. Sabiendo lo de la bomba nuclear, estamos con estos últimos, pero no tenemos título médico alguno, que se sepa.

7. Si me los aguanto, ¿cuándo saldrán?

¿Todos cuando ligues con esa persona que te gusta? Quizás, si llegas a acostarte con ella. Pues si te los aguantas, fluirán cuando te relajes, es decir, durmiendo.

8. La ventosidad como elemento cultural

¿Está mal visto en todas las culturas? Radicalmente no. Los yanomami se pedorrean para felicitarse y en China puedes ser un oledor de pedos profesional.

9. Fuego y destrucción

Seguramente habrás visto alguna vez a alguien soltar sus gases en el camino de una llamita de mechero y conseguir una llamarada. El metano y el hidrógeno, ¿recuerdas?, provocan este efecto que en algunas cirugías intestinales se han producido llamaradas. Gajes del oficio.

10. Pedos después de la muerte

Puedes pensar bien cuáles serán tus últimas palabras. Poco importa para el caso. La guinda la pondrán tus eructos y tus pedos. Fruto de las contracciones musculares previas al rigor mortis, durante 3 horas tras el fallecimiento los cadáveres aún pueden ser tan groseros como para ir soltando gases.