Dicen que no hace falta mucho para ser feliz y parece que este cachorrito lo ha entendido a la perfección. A este pequeño bulldog francés le basta una mano que le rasque la barriga, detrás de las orejas y un poco bajo la boca. Poco más necesita este perrito para sonreír como el animal más feliz del mundo.
Blanco y con algunas manchitas negras, el perrito derrite a los internautas con su simpatía natural.
Lo que daríamos muchos por estar así de felices y sonrientes con tan poco, ¿verdad?
Bostezar, sentarse, tumbarse, levantarse, volverse a sentar y otra vez a tumbarse. Eso es vida, dicen. Quedarse relajado y mirar al infinito con una gran sonrisa es la forma de conquistar más dulce que hemos visto en la Red. Todo son ventajas para este conformista de la felicidad.
Vía: La nube de Algodón