Hagamos la “revolución de la ternura”

Como siempre las apariciones del Papa Francisco dan que hablar, y en esta oportunidad no fue la excepción.  Tras su paso por Cuba, dio hoy su última misa y declaró frases emblemáticas pero interesantes y dignas para el momento coyuntural  que atraviesa el país.

Su notable aparición fue en el templo histórico de la localidad de Santiago en Cuba, dentro del Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre. Allí dio una misa a los ciudadanos cubanos por primera vez allí.

Entre muchas frases, dijo “Nuestra revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre proximidad, que se hace siempre compasión y nos lleva a involucrarnos, para servir en la vida de los demás”.  A partir de esto el sumo pontífice, dijo que la revolución a modo conceptual como el cambio social a dar en América Latina y la ternura como un método para alcanzarlo, “sembrar la reconciliación” “encuentro de los otros”, llama a que América Latina salga a compartir, reconciliarse.

Se mostró muy comprometido con la sociedad incentivando a que la gente salga de sus casas y visite “al pobre, al enfermo, al preso”, o a quienes tienden a descalificar como el material de descarte del mundo entero.

Dijo que el Vaticano pretende ser una Iglesia que acompañe a la gente en todo tipo de situación, que están comprometidos con la sociedad, su cultura y obviamente con la vida y alegó “no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos”.

El lema con el cual Francisco arribó a Cuba fue bajo “Misionero de la Misericordia”. Su misa fue hacia 3 mil invitados de los cuales gran parte pertenecía a esta particular fe cubana “comunidades sin templo”.

Como bien se sabe el Papa argentino tuvo un importante papel en los inicios de reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, es por eso que estará viajando, para continuar con su labor de intermediario, a Estados Unidos para continuar trabajando en establecimiento de buenas relaciones entre ambos países.

El Papa nos tiene acostumbrados a sus buenas enseñanzas y por sobre todo a la unión de los pueblos hermanos, promoviendo las buenas relaciones con los otros, no solo al nivel de la sociedad civil, sino, también, entre Estados: “tener los ojos y el corazón abierto a los demás”