Las recientes decisiones arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han puesto en evidencia los riesgos del proteccionismo, al tiempo que han impulsado una inesperada cooperación entre dos naciones históricamente rivales: China y Japón.
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En un gesto diplomático inusual, el primer ministro chino, Li Qiang, envió una carta a su homólogo japonés, Shigeru Ishiba, instando a Tokio a coordinar una respuesta conjunta a los aranceles impuestos por Trump. En la misiva, Li Qiang subrayó la necesidad de unirse en la lucha contra las políticas proteccionistas de la administración estadounidense, un enfoque que pone en peligro la estabilidad de la economía global y las relaciones comerciales internacionales.
Las medidas adoptadas por Trump el 2 de abril, que incluyen aranceles recíprocos masivos, no solo afectan a China, sino también a Japón, con tarifas que alcanzan un 145% para los productos chinos. Esta decisión es un claro ejemplo de cómo el proteccionismo estadounidense está alterando las dinámicas comerciales a nivel mundial, forzando a naciones que tradicionalmente han sido rivales a reconsiderar sus posturas y colaborar en la defensa de sus propios intereses.
La reacción de Trump ante las críticas de más de 75 países que no han tomado represalias fue ofrecer una pausa de 90 días con tarifas reducidas al 10%, lo que puede interpretarse como un intento de apaciguar las tensiones sin abandonar por completo su enfoque proteccionista. Sin embargo, este «alivio temporal» no cambia el hecho de que las políticas de Trump están reconfigurando el mapa de alianzas globales y promoviendo la cooperación entre actores que anteriormente se veían como adversarios.
Por su parte, Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, ha indicado que las negociaciones con Japón están en marcha, lo que deja entrever que la administración estadounidense está buscando una solución que minimice el impacto negativo de sus propias políticas. Sin embargo, este proceso revela una paradoja: mientras Estados Unidos intenta reforzar su posición económica mediante el proteccionismo, lo que obtiene a cambio es la estrecha colaboración de países que, bajo otras circunstancias, podrían haber continuado con sus tensiones comerciales.
Así, el proteccionismo de Trump, lejos de fortalecer la posición de Estados Unidos, está acelerando la creación de alianzas entre naciones que históricamente se han visto como rivales, lo que podría tener implicaciones profundas para la política económica global en el futuro cercano.
Foto: Agencia Xinhua
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